lunes, octubre 21, 2024

Charly García

 El libro que cuenta la historia del grupo menos conocido de Charly García

Entre Sui Generis y Seru Giran, durante apenas dos años y dos discos, fue su plataforma para abandonar el folk adolescente mientras el país atravesaba su  época más violenta. Aquí se recorre su consagración y al mismo tiempo su separación, con giras por todo el país y la edición de su álbum "Películas".

El Luna Park nunca sonó bien. Del “rompan todo” de Billy Bond al “sin síncopa, muchachos”, de la despedida de Sui Generis, pasando por la primera visita de Santana, todos los conciertos fueron víctimas de los problemas de su acústica. En el balance de 1976, la revista Pelo lo eligió como “lugar del año” porque “todo el mundo quiso hacer su concierto en ese enorme y horrible galpón”. Así de conflictiva fue siempre la relación entre el rock y el célebre recinto de boxeo.

La Máquina dio en el Luna su show más convocante, envuelto en una feroz represión desde temprano (hasta l bajista José Luis Fernández se ligó un bastonazo intentando ingresar a su propio show). El 17 de junio de 1977 presentaron clásicos y novedades, todavía sin el segundo disco editado, con un gran caudal de gente y excelentes críticas de la prensa musical.

La innovación estuvo en la puesta en escena. A oscuras, primero salió Cutaia vestido de conde, con capa negra y candelabro en manos. Tocó una música sacra en el órgano hasta que sus compañeros aparecieron de blanco, se prendieron las luces y abrieron con “Bubulina”. En el intervalo salieron vestidos new wave para hacer “Ella es bailarina” y en la segunda parte del show (“Rock” sonó dos veces) volvieron al blanco.

"Cantemos, a todos nos gusta cantar, y yo sé que podemos cantar algo más que el 'ohhhh oh ohhh' y esas cosas", pidió Charly antes de “Por probar el vino y el agua salada”. Nota aquí.








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