viernes, octubre 10, 2025

Rodolfo Serrano

 Será todo. Y poco más

Nos iremos, sin quejas y sin miedos.
Lentamente, despacio, como dicen
que se van los que han amado mucho.
Entonces, la ternura, como un roce,
vendrá hasta nuestra puerta. Los abrazos
apretarán los muros de mi casa.
Y yo me iré, sin prisas y sin odios.
Será una tarde más. Una cualquiera,
como si, entonces, todo comenzara.
Todo estará ya en paz. Las calles y sus gentes.
Los bares donde fuimos tan felices.
No habrá desolación en nuestras almas.
La noche, bella y cálida, me envuelva
en sus manos amadas. Y acaricie
el camino sin nadie y sin vosotros.
Será,por fin, la luz, la luz más clara,
el triunfo de guerras y derrotas.
Como un árbol partido en la tormenta.
Deshojado, sin ramas y sin sombra.
Sin mis ganas de ti. Tal vez la muerte
sea, al final, y solo, solo olvido.
(Y yo en medio, sin nadie que me nombre).
Foto de Raul Cancio.



László Krasznahorkai

 El húngaro László Krasznahorkai, Premio Nobel de Literatura 2025

La Academia Sueca premia al escritor “por su obra cautivadora y visionaria que, en medio del terror apocalíptico, reafirma el poder del arte”

La Academia Sueca ha anunciado este jueves en Estocolmo que el Premio Nobel de Literatura 2025 es para el húngaro László Krasznahorkai (Gyula, 71 años) “por su obra cautivadora y visionaria que, en medio del terror apocalíptico, reafirma el poder del arte”. Krasznahorkai (pronúnciese Kros-no-jorka:i)es el gran cronista de la Hungría comunista y la que emergió después, el retratista perfecto de ese país imperfecto que heredó las cenizas de un imperio deshecho en el siglo XX con graves heridas para sus pueblos, y del universo indefinido en que se convirtió esa nación tras abrazar la democracia, aún renqueante.

Krasznahorkai es un hombre tranquilo, afable, apasionado de la conversación y dueño de una literatura sin prisa y de cocción lenta que hoy choca frontalmente con el ritmo de nuestras vidas. El máximo galardón universal premia así la hondura, la capacidad de profundizar y un alto en el camino en este modo de vida de aceleración sin fin. En España publica toda su obra la editorial Acantilado, traducida por Adan Kovacsics.

“Es un gran escritor épico de la tradición centroeuropea, que se extiende desde Kafka hasta Thomas Bernhard, y se caracteriza por el absurdo y el exceso grotesco”, ha señalado el comité del Nobel. “La novela Al Norte la montaña, al Sur el lago, al Oeste el camino, al Este el río es un relato misterioso con potentes pasajes líricos que se desarrolla al sureste de Kioto. La obra tiene la sensación de preludio a la rica Seiobo There Below (2013), una colección de 17 relatos sobre el papel de la belleza y la creación artística en un mundo de ceguera”, añade la Academia. El anterior autor húngaro distinguido con el máximo galardón de las letras universales fue Imre Kértész, en 2002.

¿Aún hay sitio para la literatura sin prisa en el mundo de hoy?, fue la pregunta al hoy premiado cuando recibió a EL PAÍS hace un año en Marraquech, donde se celebraron en septiembre de 2024 las Conversaciones de Formentor. “No, en absoluto”, respondió el autor húngaro. “La vida está muy acelerada, recibimos tanta información y con tanta rapidez que se nos olvida todo. Se han hecho estudios con niños que han concluido que, después de media página, se cansan y no se pueden concentrar. Esta literatura lenta, aunque luego coge ritmo, es para una islita muy aislada de lectores”.

Krasznahorkai, por una vez, se equivocó. Si no hay sitio en las grandes listas de éxito y en las grandes ventas, sí lo hay en el podio de la gran literatura, la que retrata épocas, generaciones y geografías con un poso en la conciencia colectiva. Por ello recibe el Nobel, como recibió hace un año el Formentor. Nota aquí.



Ana Montojo

 Ana nos cuenta por Facebook.

LO DEL COMERCIAL
Pues está mal que yo lo diga pero el recital de esta tarde en el Comercial ha sido una gozada. La gente ha disfrutado y eso se nota. Y nosotros, Luismi y yo, también y mucho.
Quiero agradecer a Rafa Soler y a la Tertulia Literaria Hispanoamericana Rafael Montesinos que hayan contado con nosotros para esta tarde de poesía. Por los motivos que muchos conocéis no había vuelto a recitar desde julio del 21, aquella fecha fatídica y lo que vino después. Salvo para presentar "El grito de Janis Joplin", pero eso fue distinto. Hoy he vuelto y ha sido como si no me hubiera ido nunca.
Mil gracias también a todos los amigos y amigas que habéis estado allí. Nada hubiera sido igual sin vosotros. Y muchas gracias también a los que por distintas razones no habéis podido estar a pesar de desearlo. Y, por supuesto, gracias a Luis Miguel Rodrigo (Luismi) por revivir conmigo aquella tarde de hace quince años con la misma emoción de entonces pero pisando más fuerte, sin nervios, con confianza en lo que hacíamos.
Las fotos y vídeos son gentileza de mi amiga del alma M Carmen Fabre, que siempre está ahí, en las duras y en las maduras. Gracias, gracias, gracias.




Silvio Rodríguez

 Silvio Rodríguez, reconocido en Moreno

Silvio Rodríguez está en la Argentina y antes de los conciertos agotadísimos que dará en el Movistar Arena (este sábado y domingo, y el próximo 21 de octubre) ayer se hizo un tiempo para una visita especial a Moreno, donde fue recibido por la intendenta Mariel Fernández, y a su vez recibió dos reconocimientos: el pañuelo de Abuelas de Plaza de Mayo, y el guardapolvo de "Maestro del pueblo" del gremio docente Ctera. 

Todo sucedió en el centro cultural La Chicharra, ubicado en el barrio San Norberto de la localidad de Cuartel V, el barrio donde creció la intendenta y aprendió "a construir y militar comunitariamente", según contó conmovida. Entre las muestras de cariño y emoción se recordó que el acto "significa un homenaje a la memoria, la cultura, la educación, la organización popular y la promoción de la cultura solidaria que caracterizan al pueblo morenense". El momento más esperado de la jornada, claro, llegó cuando Silvio Rodríguez ofreció un mini recital para los presentes. 

Por Abuelas, la "tía" Gladys Salazar -integrante de la comisión directiva de Abuelas de Plaza de Mayo- entregó a Silvio una remera de la campaña #SoyDeAbuelas y un pañuelo que le corresponde, dijo, "por sostener con tu poesía nuestra lucha". Silvio recibió también un libro sobre de la historia del gremio docente y otro sobre la histórica dirigente Stella Maldonado. 

Antes de interpretar “El colibrí y la flor”, el artista compartió una anécdota personal: “La primera canción que yo me aprendí la cantaba mi abuela, que nació en el siglo 19, y después la cantaba mi madre”. Para el cierre llegó “Rabo de nube”, todo un himno del cantautor cubano. 

Mostraron lo suyo también los chicos y chicas de la orquesta y el ballet municipal, sostenidos por un programa que busca garantizamos el acceso a formación artística bienes culturales como instrumentos musicales, como un apolítica pública. Nota aquí.



Patti Smith

Qué necesario es tu coraje justamente hoy, Patti Smith: sensacional concierto en Madrid

La veterana cantante ofrece un vigoroso homenaje a su legendario disco ‘Horses’ en el Teatro Real y se acuerda de Palestina, de la sonrisa de los niños, del punk y de que el poder está en el pueblo.

Salió al escenario vestida con pantalón negro, botas, una camiseta blanca y chaqueta oscura. La melena, orgullosamente encanecida, le caía sobre los hombros. La figura desgarbada. Levantó los brazos para saludar y lo primero que dijo fue: “Jesús murió por los pecados de alguien, pero no por los míos”. Y comenzar así una actuación en el solemne Teatro Real de Madrid sonó a desafío. Aquella primera canción desembocó en una desmadrada versión de Gloria, del primer grupo de Van Morrison, Them. Patti Smith ponía los brazos en cruz, levantaba el puño, zapateaba con fuerza la tarima, se encorvaba, colocaba el pie en el monitor y cantaba a la gente en la cara. También bailó: G-L-O-R-I-A. Emergió su hermoso gruñido, tan de verdad, un rugido desenfrenado en ocasiones y en otras una letanía honda y bella.

Patti Smith (Chicago, 78 años) ofreció un sensacional concierto anoche en Madrid ante 1.600 personas (lleno), entre ellas algunos músicos como Rosalía (sí, ella), Leiva o Abraham Boba. Fue un recital corajudo, reivindicativo, poético, bello. Y punk: llegó a escupir en la tarima (¡del Teatro Real!) en el fervor de People Have the Power, justo al final. Se trataba de celebrar los 50 años de su primera obra, Horses (1975), un álbum que todavía hoy suena vigoroso y aventurero, un disco que lanzó con 28 años, después de haberse mudado a Nueva York con 19 para desarrollarse como persona y como artista, que en su caso es indisoluble. Era el Nueva York de The Velvet Underground, de Andy Warhol, de las fiestas en galerías de arte, de las drogas duras, del alumbramiento del punk, de antros como el CBGB… Un Nueva York donde había espacio para formarse como persona, pero también para destruirse. Ella sobrevivió; no así muchos de sus amigos, y a algunos recordó anoche. Empezó como poeta, pero luego devino en cantante. Intimó con el fotógrafo Robert Mapplethorpe, que la inmortalizó en aquella descarada e icónica portada de Horses: andrógina, con tirantes, la chaqueta al hombro “a lo Frank Sinatra” y una mirada intimidante y a la vez relajada, la de una mujer hambrienta por entregarse a lo que le deparara la vida.

Anoche, Smith interpretó Horses íntegro y del tirón. Resultó una hora de homenaje en toda regla a aquel disco, acentuado por la figura que tocaba a su izquierda, el guitarrista Lenny Kaye, tan fundamental en su carrera, y más atrás, por el batería Jay Dee Daugherty. Ambos, Kaye y Daugherty, participaron en la grabación del original Horses y anoche comandaron una banda igual de minimalista y enérgica que la de entonces, con el hijo de la protagonista integrado en ella. Guitarra, bajo, batería y teclados. Todos vestidos de blanco y negro, todos interpretando música genuina y cruda, sin contemplaciones. Con su ritmo reggae, Redondo Beach rompió el rigor de tan ilustre local y puso a bailar a los espectadores. Esa cínica reflexión sobre el dinero que es Free Money sonó acelerada, punk. Costaba lo suyo sostenerse en el asiento. La gente se movía, la cabeza, el cuerpo, imposible mantenerse rígido. Para encarar la tremenda Birdland se puso las gafas de ver y sacó unos folios. La memoria falla con el paso de los años, pero en lugar de recurrir al tramposo teleprónter, ella prefirió esa adorable anomalía que es hoy un papel escrito. Kaye acompañó el extenso relato de Birdland (10 minutos), que cuenta lo rara que se sentía Smith de pequeña, dibujando unos laberínticos y preciosos punteos.

Para que todo el mundo supiese de qué iba aquello, Smith dijo a continuación (y lo escenificó con gestos): “Y ahora, cojo el disco, le doy la vuelta y pongo la cara b”. Y comenzó a sonar el bajo vacilón de Kimberly, una canción dedicada a su hermana (se llama Kimberly), 12 años menor. Contó una historia de cuando ella la cuidaba y tenía que quedarse con el bebé en brazos mientras los otros niños iban a jugar. “Me daba rabia, pero luego miraba la sonrisa de esa niña y me hacía feliz”. Aprovechó ese momento para lanzar un mensaje con toda la intención, teniendo en cuenta esas imágenes terribles que vemos todos los días: “No hay nada más preciado que la sonrisa de un niño, por eso debemos recordar a todos los niños que sufren y debemos ayudarles a trazar su camino al futuro”. Le gritaron “guapa” y “I Love You”, y respondió “I Love You, Too”, mientras bebía de una tacita y sonreía. Fue un espectáculo disfrutar de su gestualidad y de su expresividad al recitar y cantar. Más que una cantante, Patti Smith ejerce de decidora: sus palabras brotan de sus labios para que el oyente se deleite. Break It Up, en memoria de Jim Morrison, sonó tan punk como hace medio siglo. Nota aquí.





María Corina Machado

 La opositora venezolana María Corina Machado, Premio Nobel de la Paz 2025

El comité noruego del galardón elige a la venezolana por “su incansable trabajo promoviendo los derechos democráticos para el pueblo de Venezuela”

El Comité Nobel noruego ha otorgado este viernes el Nobel de la Paz a la opositora venezolana María Corina Machado (Caracas, 58 años). El comité la ha elegido “por su incansable trabajo promoviendo los derechos democráticos para el pueblo de Venezuela y por su lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia”. Machado lleva desde finales de agosto del año pasado en la clandestinidad a causa de la represión desatada por el régimen de Nicolás Maduro tras las elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024, en las que la galardonada, que no pudo participar en la contienda por estar inhabilitada, apoyó la candidatura del diplomático Edmundo González Urrutia.

“Estoy en shock", le ha dicho Machado a González en una llamada telefónica que el político opositor, exiliado en España, ha difundido en sus redes sociales. “No me puedo creer esto”, ha continuado Machado emocionada durante la conversación. Los dos políticos recibieron en octubre del pasado año el premio Sájarov por la libertad de conciencia que concede el Parlamento Europeo.

“Como líder del movimiento democrático en Venezuela, María Corina Machado es uno de los ejemplos más extraordinarios de coraje civil en América Latina en los últimos tiempos”, ha manifestado el presidente del comité, Jorgen Watne Frydnes, al anunciar el galardón. “Machado ha sido una figura clave y unificadora en una oposición política que alguna vez estuvo profundamente dividida, una oposición que encontró un terreno común en la demanda de elecciones libres y un gobierno representativo”, ha proseguido Frydnes.

La opositora venezolana se ha alzado entre los miembros del comité noruego por encima del candidato que mayor campaña y esfuerzos había hecho en los últimos meses, el presidente estadounidense, Donald Trump.

Veterana dirigente política, Machado se enfrentó frontalmente al expresidente Hugo Chávez, quien solía descalificarla con ataques personales e insultos —llegó a definirla como “burguesita de fina estampa”—. Tras años trabajando alejada de la primera línea, hoy es, junto a Edmundo González, la principal rival de Maduro y el chavismo. Antes de las últimas elecciones, fue de hecho la primera líder política venezolana en más de una década capaz de movilizar a la inmensa mayoría de la oposición. Machado logró unir a una coalición con sensibilidades, tradiciones ideológicas y visiones estratégicas difíciles de conciliar. Prueba de ello fue su inapelable triunfo en las primarias celebradas en octubre de 2023, cuando arrasó con el 92,5% de los votos. Ese fue el trampolín que impulsó su campaña hacia las presidenciales, una carrera truncada por una inhabilitación impuesta por la Contraloría, un organismo controlado por el aparato chavista. Nota aquí.




jueves, octubre 09, 2025

Félix Maraña

 Pablo Guerrero

Para mí, Pablo Guerrero, además de músico y poeta, es una debilidad. Y lo es desde que le conocí de cuerpo presente en 1972, un día de noviembre en Pamplona, en que nos cantó con Nacho Sáenz de Tejada a la guitarra, y nos curó del frío, del frío del tiempo y de la libertad ausente. Así es que ruego silencio, que me dispongo a leer este nuevo libro antológico, "Diez de cuatro" (1999-2006), que resume su poesía de olor a membrillo. Lo dice en el prólogo Rodolfo Serrano , poeta y sin embargo amigo. El libro se publica en un sello de olor, color y calor machadiano, "Hoy es siempre Ediciones", que dirige Ismael Serrano, a cuya madre y padre va dedicado este cálido libro. Gracias a los citados por este regalo. Hoy luce el sol en el País de la Zurriola. "Arden las cosas", es el título de uno de los poemas de este libro. Cálida lectura, cálida amistad, calidez de calideces.



Tute

 "La muerte es una excusa para hablar de la vida"

En diálogo con MDZ, Tute habló de "Ensayo para mi muerte", la novela gráfica que nació en medio del duelo por la pérdida de su hermano.

La muerte y el humor pueden encontrarse en una obra de arte, tal como lo hacen en el nuevo libro del humorista gráfico Tute, titulado “Ensayo para mi muerte”. En él, el artista presenta a una persona fallecida, tendida en el suelo, desde el comienzo hasta el final. Al verlo, al toparse con la muerte, cada personaje circunstancial reacciona de una forma sumamente diferente, demostrando desinterés, miedo y hasta culpa.

Se trata de la obra más introspectiva, reflexiva y teatral de Juan Matías Loiseau, más conocido por su nombre artístico Tute, que nació como una forma de hacer catarsis en medio del duelo por la partida de su hermano, Tomás Loiseau, vocalista de la banda Mamushkas, en noviembre de 2019. “El libro tiene que ver con la muerte de mi hermano. Sentí que tenía que hacer algo con eso y empecé a dibujar”, contó el artista en una entrevista exclusiva con MDZ y profundizó en su mirada sobre el fin de la vida.

En la charla, además, Tute recordó a su padre, el famoso humorista gráfico Caloi, quien lo inspiró a seguir el camino del lápiz y el papel. “Mi papá se hacía querer a través del dibujo”, manifestó y agregó: “Todos los artistas hacemos lo que hacemos para ser aceptados y queridos”.

- Tu padre, Caloi, fue un historietista súper reconocido, por lo que imagino que gran parte de tu interés por el arte viene por ahí. ¿Pero en algún momento dudaste de hacer otra cosa o siempre supiste que era por ahí?

- Desde muy chiquitito supe que quería ser humorista gráfico, ni siquiera dibujante o ilustrador. Tal cual mi viejo. En algún momento surgió alguna duda, sobre todo cuando se abrió el espectro del arte. Entonces pensaba que podría ser también poeta o cineasta. Siempre flirteé con otras cosas, pero nunca me fui del dibujo.

Hoy además considero que convivo con un montón de otras actividades que me gusta hacer, aunque no de manera central como con el humor gráfico. Me gusta escribir, me gusta filmar, me gusta hacer canciones, un poco de todo.

- ¿Qué es lo que te inspiraba de tu papá, de sus historietas? ¿Qué es lo que te gustaba de ese mundo que dijiste que era por ahí?

- Primero, todos somos dibujantes de entrada, lo primero que hacemos es dibujar, después empezamos a hablar y rápidamente dejamos de dibujar y seguimos hablando. Es lo que todos hacemos. Algunos continuamos con el dibujo y nos dedicamos a esto. Por lo tanto, me sentí dibujante desde el principio y con toda justicia porque era dibujante. Después uno tiene que convertirse en humorista gráfico y ahí no basta con dibujar solamente, sino que esos dibujos tienen que contar una idea, esa idea tiene que ser humorística, tiene que mover a la risa, a la reflexión o a conmover. Ese ya es un trabajo intelectual, profesional.

Creo que, un poco, porque era dibujante del principio, otro poco porque lo veía mi viejo dibujar y, sobre todo, haber visto a mi viejo en la calle y que la gente lo reconociera y le pidiera un dibujo. Me encantaba ver que la gente se acercaba a él, le pedía un dibujo y se iba más contenta de lo que había llegado. Nota aquí.



Micro Abierto Irradiador, identidad y Germinación de Garibaldi

 CiberCanción de Autor nos cuenta por Facebook.

𝗠𝗜𝗚 — 𝗠𝗶𝗰𝗿𝗼 𝗜𝗿𝗿𝗮𝗱𝗶𝗮𝗱𝗼𝗿, 𝗶𝗱𝗲𝗻𝘁𝗶𝗱𝗮𝗱 𝘆 𝗚𝗲𝗿𝗺𝗶𝗻𝗮𝗰𝗶ó𝗻 𝗱𝗲 𝗚𝗮𝗿𝗶𝗯𝗮𝗹𝗱𝗶

Madrid, domingo de cultura, música y poesía
Ayer se inauguró en la Taberna Garibaldi de Madrid el MIG (Micro Irradiador de Garibaldi), un nuevo espacio de encuentro para la palabra, la música y la emoción compartida.
El proyecto, impulsado por el poeta, cantautor y educador cubano Julio Hernández, nace con el propósito de continuar la estirpe de los históricos micros abiertos madrileños —como el de Libertad 8, Calvario, o Música por la Voluntad—, fermentando la cultura y el pensamiento crítico compartido a través de las artes. Con fuerza, ilusión y mucho corazón, Julio presentó esta nueva etapa que promete irradiar creatividad desde este este nuevo y carismático espacio hacia toda la ciudad.
El pistoletazo de salida lo dio el querido Fernando González Lucini, quien auguró un futuro luminoso para este micro y dedicó emotivas palabras al recientemente fallecido Pablo Guerrero, figura esencial de nuestra canción poética. A partir de ahí, la tarde se volvió un rutilante desfile de voces, guitarras y versos:
Gonzalo Hormigo, Amaury Muro, Raúl Marchena, María Givernau, Acoyani Guzmán Bárcena, Juan Fernández, Francisco Murillo, Maremoto (menos conocida como Mari Mar Martín Trujillo), y Osvaldo Chiccioni, que nos regaló su homenaje a María Elena Walsh y recordó que sin “meter la mula” nos dijo una verdad como un templo: “una canción te puede cambiar la vida”.
Alfonso Gardi, con “discreta” camisa de celebración de día muertos en México, entonó un tema dedicado a Pepe Mújica, donde ocultaba un acróstico con el nombre del expresidente uruguayo, y de paso rindió tributo a Pablo Guerrero.
El gran Alberto Alcalá se” arrancó” por sevillanas con una elegancia que trasciende del folklore típico andaluz, para elevarlo a pura poesía.
Eusebio Priego, con camiseta de Iron Maiden, nos llamó a “actuar con la palabra” a través de versos de Ángel González; Gabriel Gonzálvez ofreció su canción más Autocrítica; Natalia Vega sumó su sensibilidad.
Y el cierre llegó con el incombustible Dani Hare, “músico para todo”, que levantó a la sala con su góspel-blues (con homenaje a Lou Reed incluido) “Que Dios tenga piedad con los banqueros”, entre coros y aleluyas de un público entregado.
También hubo espacio para “El rincón de Pensar” ámbito físico donde se exponen libros, para leer, comprar, compartir y debatir.
Fue una jornada llena de arte, afecto y complicidad, que marca el inicio de un nuevo espacio para la cultura viva de Madrid.
El MIG comienza su andadura con una certeza: cuando la palabra, la música y la comunidad se juntan, la esperanza se irradia y se germinan las bases para rendir tributo a esa cultura que el alma, el espíritu y el cerebro enriquece haciéndonos mas libres. Haciéndonos invencibles.
















Ramón Serrano

 LEYENDA NEGRA

Ya se han callado
los grandes pájaros de la noche
vuelan alto y mudos
sus graznidos son el silencio de otros mundos lejanos
las sombras pasean por el asfalto
prestas a afanar la luz
que todavía ilumina el parque
y abren voraces sus bocas
a morder la noche estrellada
es la hora de los sin remedio
ni rezan ni cantan ni saben escribir metáforas
sólo ríen a dos carrillos
cuando los pájaros pasan
dando círculos sobre sus cabezas
hechas de vientos y paja
ahora ellos también n callan
por si las sombras se acercan
como ruedas de cuchillos
cuesta abajo
de la astuta noche aciaga
no hay remedio para tanta tiniebla
ni palabras que puedan salvar
el sueño de mis dos acacias .



Leonardo Padura

 “Vivir en Cuba entre necesidades, apagones diarios y falta de dinero, ¿no es una derrota?"

El autor acaba de publicar “Morir en la arena”, una novela que ve con amargura el destino de su generación. “Debe haber una salida, no sé cómo ni cuándo, si lo supiera sería profeta en mi tierra”, dice desde La Habana

En el comienzo de la nueva novela de Leonardo Padura, el protagonista mete el pie en caca de gato. Un hecho cotidiano e irrelevante que, sin embargo, se puede leer como una clave: en Morir en la arena, la palabra “mierda” -con perdón- aparecerá 85 veces. Aunque le gana por robo otra, “miedo”. Esas son las ideas con las que el escritor cubano hará la crónica de su generación. Al final, un personaje que es escritor se preguntará si ya está listo para hacer la crónica de la derrota. En los poquísimos minutos en que hablemos, Padura dirá que ese personaje no es él.

Porque, en realidad, esta entrevista empieza con un fracaso que tal vez también deba leerse en clave. Cuando acordamos hablar, Padura indica: “Por whatsapp”, porque ya se sabe que otras formas de videollamada no corren. Así se hace. Pero aunque al principio aparece en la pantallita el escritor -en remera, se ve que hace calor-. pronto la imagen se congela, se pierde. Probamos sólo con sonido: no hay suerte. Se entrecorta tanto que cuesta seguir el hilo de una respuesta. Las preguntas van, entonces, por escrito.

Casi casi parece una introducción a medida para una nota sobre este libro. Morir en la arena es, tal vez, el libro más amargo de Leonardo Padura. Mierda y miedo, dijimos. Ya en una novela anterior, Como polvo en el viento el autor se había metido con la frustración de su generación, que nació con la Revolución y vivió siempre bajo sus designios. Aquella vez se centró en los que se fueron y ésta, en los que se quedaron. Un poco como él, que se quedó pero -por su actividad, por su éxito, por su pasaporte español- pasa parte del tiempo en Madrid o por el mundo.

Padura se ha cansado de mostrar los problemas de la revolución, de reivindicar la libertad de expresión y, en un artículo un poco desesperado, de decir que hubiera querido ser Paul Auster, para que le preguntaran por literatura y no por la política de su país, para que le hablaran de novelas y no de por qué no se exilia de una vez, si puede hacerlo.

Morir en la arena arranca, dijimos, cuando Rodolfo pisa esa caca. Justo se acaba de jubilar y está preocupado porque la plata no le va a alcanzar para vivir. La dueña de la gata es Nora, que es su amor de toda la vida pero, ah ah, es la mujer de su hermano. Y el hermano, Geni, está preso por... matar al padre de los dos. Eso lo sabemos de arranque. El tema es que Geni está muy enfermo y por eso lo van a soltar. Quiere volver y Nora no quiere que vuelva. ¿Y Rodolfo? Mmm Quien va a estar del lado de Geni es Raymundo Fumero, un escritor al que le fue bastante bien escribiendo lo que oficialmente había que escribir. Y que tiene un hijo que se hizo babalawo, es decir, un sacerdote yoruba. Y, la verdad, se está llenando de plata, sobre todo con los extranjeros. Mientras, exhibe el cinismo, las frustraciones, las postergaciones. Y hasta le queda tiempo para mostrar con cierta acidez a una nieta de Rodolfo crecida en España que, bueno, se ha vuelto de derechas y frunce la nariz frente a la inmigración. Nota aquí.