A MI PADRE MUERTO (1972)
Han pasado los días
y aquella primavera no regresa.
Tú contemplas ya el mundo desde dentro
de tus muros abiertos hacia el cielo
adonde se escapó tu esencia un día.
Han pasado los días
y la desesperanza se sosiega.
La luz proporcionada del ocaso
se prende de alfileres en las ruinas
de una ciudad sin fondo.
Apenas ya resuenan tus pisadas
grises de humo y de silencios largos.
Has dicho adiós y basta.
Y sin querer marcharte me posees
en una claridad de tu morada
que yo comparto cogido de la mano
suave y senil en mi lejana infancia...
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