jueves, octubre 10, 2024

Han Kang

 La surcoreana Han Kang, Premio Nobel de Literatura 2024

La Academia sueca ha destacado la “intensa prosa poética que afronta traumas históricos y expone la fragilidad de la vida humana” de la autora.

Han Kang es una de las escritoras más sublimes que pueblan el escenario contemporáneo. Ganó en 2016 el premio Booker Internacional con La vegetariana (Rata), un asfixiante retrato del aislamiento en el que puede sumergirse una persona al cambiar sin permiso de los demás, y ahora publica en España La clase de griego (Literatura Random House), un grito de silencio en el que la voz y el lenguaje luchan contra su aniquilación. Han, surcoreana nacida en 1970, ha hablado con EL PAÍS al pasar por Madrid.

La protagonista de esta nueva novela es una mujer que ha perdido la voz, como también ha perdido a su madre fallecida y la custodia de su hijo. Para combatirlo acudirá a un idioma muerto, el griego, en el que aspira a recuperar lo que se le ha arrebatado. Y allí se encontrará a un profesor que está quedándose ciego al igual que Borges, un autor muy presente en este libro. La relación entre los dos vertebra un relato que reivindica una forma honesta de comunicación y que, en última instancia, despierta en el lector muchísimos interrogantes: ¿cómo viviríamos sin voz?, ¿y si supiéramos que íbamos a perder la vista?

Pregunta. ¿Parte usted de una experiencia personal?

Respuesta. Después de La vegetariana, que era mi tercera novela, empecé a escribir la cuarta y al llegar al séptimo capítulo no pude seguir, me bloqueé. Dejé de escribir durante un año y olvidé cómo hacerlo. Tampoco podía leer nada de ficción. Después de un descanso profundo pude volver a hacerlo y así nació esta quinta novela, La clase de griego, que surgió ciertamente de esa idea de silencio que he experimentado.

P. ¿Por qué cree que perdió esa capacidad?

R. Tal vez porque no era sincera en ese momento. Me faltaba sinceridad al escribir y por eso no podía seguir. Más tarde me di cuenta de que dentro de la ficción también se puede incluir la verdad. No por escribir ficción se pierde la verdad, se trata de buscar esos caminos en los que se pueda introducir, aunque sean estrechos. Nota aquí.



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