martes, enero 21, 2025

Bob Dylan

 Medio siglo de ‘Blood on the tracks’: el final del amor según Bob Dylan

En 1975 el cantante regresó con una obra maestra sobre el desamor y la soledad. En plena crisis matrimonial, tras meses de fervor compositivo y muchas dudas sobre la grabación, surgió el que hoy está considerado el mejor disco del Premio Nobel de Literatura.

¿Cómo te sientes cuándo te extraes del corazón la historia de amor de tu vida con un sacacorchos? A esa pregunta respondió Bob Dylan con Blood on the tracks. Hoy hace exactamente medio siglo que aquel álbum mítico llegó a ese lugar arqueológico que fueron las tiendas de discos. 20 de enero, pero de 1975. Dylan tenía treinta y tres años. Como si Verlaine pusiese en verso lo vivido con Rimbaud, aquella meditación sobre el fin del amor fue la confirmación de una pletórica resurrección vital y artística. La imagen del sacacorchos, por cierto, es demasiado buena para que no sea de un Premio Nobel de Literatura: es un verso de You’re a big girl now en la traducción de Letras de Miguel Izquierdo y José Moreno.

“Una mañana temprano brillaba el sol / yo estaba tumbado en la cama / preguntándome si ella habría cambiado / si su pelo aún sería rojo”. La primera canción, Tangled up in blue, es una de las cimas de la lírica de Dylan. Después de 10 segundos de diálogo entre un bajo frondoso, una dulce guitarra y la batería suave, empieza una meditación amorosa de cincuenta minutos con estos cuatro versos. Funciona como un preámbulo. Un hombre solo pensando en presente su relación terminada y su vida.

En Blood on the tracks se encadenan las variaciones imaginativas para saber quién era ella, quién fuiste tú y pensar quien serás tras la ruptura. Da igual si la escena se desarrolla en un ambiente urbano que parece un cuadro de Hooper o en un bar de topless de Nueva Orleans, cruzando la geografía de Estados Unidos de punta a punta o dando nueva vida a recursos de la poesía amorosa clásica o a una retórica de resonancias bíblicas, como en este verso final de Shelter on the storm: “Si pudiera remontarme el tiempo que nacieron Dios y ella”. Son visiones y más visiones sobre la memoria del amor, la conciencia de lo perdido y de la soledad. “Recuerdo bien cada escena, se sucedieron en un soplo”, implora en If you see her, say hello. ¿Quién habla? ¿Quién es? De pocos artistas sabemos tanto como de Dylan, pocos son tan enigmáticos como él. Así, ¿how does it feel?. Nota aquí.



Liuba María Hevia & Pablo Milanés

 

Diego Ojeda

 


Víctor Claudín

CiberCanción de Autor nos cuenta por Facebook.

Presentación de "Black Out" de Víctor Claudin

La Taberna Garibaldi de Madrid fue anoche el epicentro de una velada cargada de literatura, música y conversación en torno a Black Out, la ultima novela negra del periodista y activista cultural Víctor Claudín.
El acto comenzó con una introducción a cargo del propio autor, quien estuvo acompañado por los novelistas Alberto Pasamontes y María Embid. Juntos, compartieron reflexiones sobre la obra, el género negro y, como suele ocurrir en los encuentros más auténticos, sobre muchos otros temas que resonaron con el público presente.
Durante la presentación, se aportaron interesantes perspectivas sobre la novela, destacando su intensidad narrativa y su capacidad para mezclar con maestría el desamor, el sexo y la tensión de un interrogatorio que se convierte en confesión. “Black Out no solo cuenta una historia, sino que nos enfrenta a los dilemas morales y sociales de nuestros tiempos”, se comentó.
También se habló del mítico Elígeme, el local que Claudín regentó y que marcó una época en la bohemia madrileña, así como del concejal Matanzo, del teatro Alfil, del asociacionismo popular, de la cultura y de tantas historias que conectan a Víctor con el Madrid más auténtico.
Víctor Claudín reflexionó asimismo sobre el alma del género negro: “La novela negra tiene ideología y es de izquierdas porque refleja y cuenta lo que es la sociedad”, afirmó. Y no es para menos: Black Out explora los márgenes de una ciudad donde los interrogatorios no solo buscan verdades, sino que desnudan los rincones más oscuros del alma humana.
Tras esta presentación puramente literaria, la generosidad de Claudín —marca de la casa— y de sus amigos cantores permitió que la música de autor tomara el testigo en el angosto escenario de la Taberna Garibaldi. Allí, seis cantautores ofrecieron su arte para rendir homenaje al escritor y a su obra.
Myriam Quiñones, María José Hernández (quien llegó desde Zaragoza para dejar su huella en la velada), Fran Espinosa, Carlos Ávila, Javier Batanero y Luis Farnox aportaron sus canciones y sus guitarras para completar un acto redondo. La combinación de literatura y canción de autor tejió una velada única, donde las notas y las palabras se fundieron en un abrazo artístico.
El acto finalizó con "Somos" la emblemática canción de José Antonio Labordeta.
Siempre admiradores de Víctor Claudín, por lo que escribe, por lo que dice y por como es.














Coque Malla, Rulo & Dani Martín

 

Luis Pastor

 


Ale Kurz

 Ale Kurz, el nuevo solista del rock argentino: quién es, adónde va y por qué todos lo invitan a tocar

Es el ex lider del grupo El Bordo, banda que se separó tras llenar varios Luna Park.

Grabó y cantó en vivo con Ricardo Mollo, Andrea Prodan, Soledad Pastorutti y Kermesse Redonda.

Cuando la Sole quiso cantar temas de rock argentino, armó una banda con Ale Kurz en guitarras. Lo mismo hizo Andrea Prodan cuando decidió hacer canciones de David Bowie en vivo. La gente de Olga lo llamó para hacer Cerca de la revolución en el homenaje a Charly García. Y hasta el mismísimo Ricardo Mollo aceptó una invitación suya para cantar juntos en su primer disco solista.

Además, en un estudio que montó en Uruguay, Ale Kurz convocó para sus Portal Sessions a músicos como Rubén Rada, Dillom, No Te Va Gustar, Snarky Puppy, Mat Alba y Santiago Motorizado.

De pronto, el ex cantante, guitarrista, compositor y líder del grupo El Bordo está en todas partes. Y ahora también se anima a dedicarse de lleno a tocar las canciones de su inminente segundo disco como solista, tras la separación del popular grupo que integró desde 1998, que dio su último recital el año pasado en el Luna Park.

Su último tema salió en diciembre del año pasado y es un poderoso rock llamado Arde Roma, con gran video y una producción junto al cotizado Renzo Luca, del grupo Un Verano. Tiene agendado tocar en los festivales Cosquín Rock y Quilmes Rock, iniciando lo que seguramente será un gran año y toda una nueva etapa.

Lo que se viene

Con Arde Roma y dos meses antes con Mismo, Ale Kurz dio la primera muestra de lo que se viene. En una charla con Clarín contó que hizo el video con Thomas Trail, un argentino que trabaja en California y ya había trabajado en clips de El Bordo.

"Me avisó que venía a Buenos Aires -dice Kurz- e hicimos los dos videos con él, que ahora hace exposiciones de arte que combinan la fotografía con la inteligencia artificial. Así que fue perfecto para la idea de destruir la ciudad y prenderla fuego como Nerón".

-¿Ya tenés listas las demás canciones del disco?

-Están hechas, pero no grabadas. No necesito grabar los temas en maqueta para para memorizarlo. No lo hago nunca, de hecho, porque pienso que si la canción es suficientemente buena para que mucha gente se la guarde en la memoria, siempre te vas a acordar. Solo tengo escritas las letras. La idea sería durante el verano estar grabando el resto de los temas y sacar el disco completo entre mayo y junio, quizás con otro single antes. Nota aquí.



Ismael Serrano

 

Paris Joel

 


Marcelo “Gillespi” Rodríguez & Álvaro Torres

 Marcelo “Gillespi” Rodríguez y Álvaro Torres: "Nos sacamos las caretas y los prejuicios típicos de músicos"

El dúo presenta el disco "Forma", un trabajo que trasciende los límites previsibles de trompeta y piano para profundizar en otras sonoridades. "Yo soy un guitarrista frustrado", sostiene Gillespi. 

Unos veinte años les llevó a Marcelo “Gillespi” Rodríguez y Álvaro Torres caer en que lo que a menudo tocaban juntos merecía ser grabado, no importa si de noche o no pero sí solos y en estudio. Como ambos tienen sala de grabación propia, y cómo ambos -también- veían la falta como una deuda, empezaron a juntarse. Un día en el estudio del trompetista, otro en la sala del pianista, y así fueron edificando un disco muy particular que llevó por nombre Forma. “Yo tenía varias ideas de protocanciones, digamos… melodías y puentes, o ideas melódicas, y le pedí a Álvaro que metiera mano justamente para darle forma a esas ideas primitivas”, cuenta Gillespi, acerca del origen del disco que el dúo presentará durante todos los martes de enero y febrero a partir de las 22.30 en BeBop (Uriarte 1658). “Se podría haber pensado en un dúo pelado de trompeta y piano, ya que ese formato funciona perfectamente, y de alguna manera los primeros encuentros fueron en ese sentido: melodía y acompañamiento. Pero a medida que las canciones tomaban forma empezamos a usar y abusar de las posibilidades de la tecnología hasta llegar a formar una especie de banda virtual. Yo me copé mucho con las guitarras y bajos. Álvaro trabajó mucho en las bases de batería programada, y acá estamos”, se extiende quien fuera invitado a colaborar con Sumo y Divididos.

La singularidad matriz del trabajo consiste entonces en que, además de tocar cada quien sus instrumentos base –teclado y trompeta-, ambos ejecutan otros instrumentos. Guitarra, bajo y teclado en el caso de Gillespi; batería, percusión y programaciones, en el caso de Álvaro. “Yo soy un guitarrista frustrado”, confiesa el primero. “Cuando era adolescente tocaba la guitarra, hasta que un buen día apareció la trompeta en mi vida, y al poco tiempo tenia propuestas de ser trompetista en varios proyectos. Digamos que la vida misma me empujó a tocar la trompeta, aunque siempre me gustaron las guitarras y los bajos. Es más, debo decir que es mucho más amigable agarrar una guitarra que una trompeta”. La misma pregunta –pero invertida- dispara en Torres una respuesta conceptualmente similar. En su caso, lo primero que tocó fue justamente la batería, y luego se pasó al piano: “Me gusta componer y orquestar música, algo que los sintetizadores y computadoras de hoy te hacen más fácil. Entonces, al programar baterías revivió en mí ese sentimiento de tocar percusión que tengo desde siempre”. Nota aquí.



Salvador Amor

 

Frank Delgado

 

José Larralde

"Cuando alguna vez te deje"

Cuando alguna vez te deje
no he de venderte guitarra,
a quien guarda mis secretos
no habré de cambiar por plata.
Recuerdo que tu sonido,
fue en mis noches de la pampa,
lo mas lindo de este mundo
después de quien me creara.
Si hasta creo que al nacer
nos han hecho a semejanza,
porque en el árbol nativo,
florecemos en sus ramas.
En tu puente luminoso
transitó la copla clara,
antiguo canto de criollo
que lo cubrieron de magia.
Tus cuerdas siempre dijeron
la hondura de mi cariño,
cuando el vuelo del amor
lo iba llevando a su nido.
Y también puse en tu boca
un beso de despedida,
al eternizar la sombra,
la ausencia del ser querido.
Ahora que se va encorvando
tu figura legendaria,
he de ponerte al reparo,
en tibio rincón guardada.



Joel Reyes

 

Zambayonny


 

Enrique Ruano Casanova

 Ana nos cuenta en Facebook.

En memoria de Enrique Ruano Casanova, torturado y asesinado por la policía franquista el 20 de enero de 1969, a los veintiún años. Le fueron a buscar a su casa y tres días después lo mataron. Los policías dijeron que se tiró él mismo por la ventana, pero cuando se reabrió el caso en 1996, la autopsia desveló una herida de bala. Le tiraron por la ventana después de matarlo.
Los inspectores de la BPS que lo custodiaban en el momento de los hechos eran Francisco Luis Colino Hernández, Jesús Simón Cristóbal y Celso Galván Abascal.


El Roto


 

lunes, enero 20, 2025

Gaza

 El número de muertos en Gaza supera los 47.000

Varios incidentes que provocan la muerte de dos personas y algunos heridos, según las autoridades de Hamás, no llevan a las partes a dar por roto el alto el fuego que entró en vigor el domingo.

Este lunes es el primer día de la guerra que comenzó el 7 de octubre de 2023 en el que se vive un alto el fuego sin el aliciente de la liberación de rehenes de Gaza a cambio de prisioneros palestinos de cárceles israelíes. La jornada, salpicada de algunos incidentes con dos muertos y algunos heridos, según las autoridades locales, coincide con la toma de posesión del nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, bajo cuya presión el Gobierno de Benjamín Netanyahu ha aceptado impulsar el cese de hostilidades. La tregua que entró en vigor en la mañana del domingo no prevé que Hamás, tras las tres mujeres entregadas ese día, libere a nuevos cautivos hasta el próximo sábado, cuando está previsto que queden en libertad otras cuatro mujeres.

Gaza sigue siendo un polvorín. Allí, la cifra total de muertos por ataques israelíes ascendió a 47.035 desde el inicio de la guerra hasta la entrada en vigor del alto el fuego que arrancó en la mañana del domingo, según el último recuento del Ministerio de Sanidad, controlado por Hamás.

En las últimas horas, ha habido algunos incidentes que han dejado dos muertos y heridos, aunque estos no han llevado a que se dé por interrumpida la tregua por ninguna de las partes. Dos civiles, entre ellos un menor, han perdido la vida por disparos de francotiradores israelíes en Rafah, en el extremo sur del enclave, según la agencia oficial palestina Wafa. Horas antes, Wafa también había informado de que otros ocho palestinos, entre ellos varios niños, resultaron heridos en dos incidentes: unos tras el bombardeo de un dron y otro tras la explosión de un “objeto sospechoso dejado” por las tropas israelíes en la ciudad fronteriza con Egipto, según recoge Efe.

La comunidad internacional contiene la respiración ante la puerta que se ha abierto para que se enfile el final de la contienda. La primera de las tres fases del alto el fuego ocupará las próximas seis semanas. Entre las autoridades israelíes, los más radicales del Gobierno que lidera Netanyahu mantienen la presión para que no se ponga fin a la guerra una vez conseguida la liberación del centenar de rehenes aún cautivos, que irán regresando a cuentagotas. Al mismo tiempo, miles de militares de las tropas de ocupación israelíes se mantienen sobre el terreno, dispuestos a retomar los ataques en cualquier momento.

Mientras, los gazatíes, víctimas de los más de 15 meses de conflicto, buscan la manera de recuperar la normalidad. Lo hacen entre escombros y sacudidos por la crisis humanitaria más grave de la historia de Palestina. Para tratar de hacerle frente, el alto el fuego prevé que se incremente la llegada de ayuda y productos esenciales, bloqueada en gran medida durante la guerra por Israel. En torno a 800 camiones han podido acceder a Gaza desde la mañana del domingo hasta la tarde del lunes, una cantidad, a ojos de las organizaciones humanitarias, muy insuficiente para las necesidades de una población de 2,3 millones de personas. Nota aquí.

Alberto Rodríguez Purroy

 


Álvaro Ruiz & Juan Pablo Vega

 

Félix Maraña

 Unamuno en su Quijote

Progresa sin que se note
por los caminos de España.
Va conduciendo con maña,
sobre ruedas, un Quijote.
Pasa por campos de lino,
de cebada y de centeno,
de trigos y algo de aveno,
el Quijote Tolentino,
discurre por el camino,
y con Cecilia cantando,
piano que no se note:
y el Rucio no se rebote:
Quiero ser ese Quijote,
por los caminos de España...
"No me propongo destino
No quito puestos a nadie
Porque mi puesto es el aire
Como el olor del buen vino".
Viene desde Lanzarote,
Cansado ya su cogote
de soportar al tirano,
va con Rodrigo Soriano
por el mar en paquebote,
a París y de rebote
viene a vivir en Hendaya,
Frente a Jaizkibel, su playa,
Destierro por tantos años,
de luchas y desengaños
acogido por Eduardo
Ortega y Gasset, los dos,
Un exilio que vivió,
y soportó con la ayuda
de un santo laico varón.
Ambos fueron Hojas Libres.
Libros como quiero yo.
[Lentes de don Miguel,
que encontrase un bachiller,
en San Marcos de León].



Hugo Fattoruso


 

Ale Kurz

 

Marwán

 Marwán nos cuenta por Facebook.

Sigo sin palabras para contar lo que sucedió el viernes en el Movistar Arena. Fue algo tan descomunal y emotivo, que jamás lo voy a poder olvidar. Vendrán los tiempos duros en algún momento y siempre tendré este día para agarrarme a él y que me devuelva la fe. Cuando me sienta solo o derrotado, gracias a lo que pasó este viernes, tendré siempre claro que los días buenos siempre vuelven.
El viernes me sentí volar. Estaba todo en su sitio, nada faltaba, nada sobraba. Fue todo perfecto, precioso y más intenso que nunca. Estos años han sido muy duros para mí por dejar la discográfica y tener que machacarme para sacar mis discos adelante sin ayuda, por no tener un equipo a la altura y por mi accidente en el brazo. Me ha llevado dos años y medio ir soltando toda esa tristeza, rearmar mi equipo y volver a confiar en la vida y en que lo hago merece la pena. Este Movistar Arena ha sido la condensación de todo ello. La cantidad de amor y de palabras bellas que me estáis dando desde el viernes por aquí o cuando me encuentro a la gente por la calle es descomunal. Jamás he recibido tanto. Sinceramente, no sé cuando voy a bajar de la nube. Tengo un subidón que vais a tener que ir a mis conciertos a la luna, porque de ahí no bajo ¡¡¡¡¡Aquí se está de puta madreeeeeeee!!!!! 🤣
Gracias a mi banda increíble, a Toni, Kike, Txarlie, Dani y Lucas gracias a esa sección de vientos bestiales, Miriam, Jessica y Arantza, gracias a todos mis amigos artistas invitados: Nach, Fito Robles, Luis Ramiro, Pez Mago,Iván Ferreiro, Miguel Poveda, Rozalén, Ismael Serrano, Leonel García, Muerdo, Alejandro Martínez y Miguel Inzunza. Nos disteis el cielo. Qué talento, qué manera de emocionar y que personas más increíbles sois todos.
Y gracias a todo el equipo técnico, Alba, Andrés, Alex Tj, Guiller, Nieva, Santi, Kira y por supuesto a mis managers, Christian y Elsa que se dejaron la piel conmigo. Todos estos nombres que os he puesto por aquí hacen que pueda decir esto: me siento feliz porque ahora si tengo un equipo como el que me merezco.
Y gracias a vosotros y vosotras por el amor brutal que me dais cada día, por estar cerca y por reventar el Movistar arena. Me muero de felicidad.




















Jorge Nuñez


 

Silvia Penide & Andrés Suárez

 


Fito Páez

 Fito Páez encendió el Zócalo mexicano

Más de 80 mil espectadores disfrutaron de un recital de Fito Páez en el Zócalo de la Ciudad de México. Fue un show especial, porque de hecho fue el primer concierto gratuito del año en ese legendario espacio público de la capital azteca. “Qué hermosura estar esta noche aquí. ¡Qué gran honor, México! Por favor, ahorren energías, que las van a necesitar”, fueron las palabras del músico rosarino antes de dar inicio a la esperada velada. Enseguida abrió la noche con un himno que ya pertenece al cancionero popular universal: “El amor después del amor”.

Durante el recital, Páez hizo un recorrido musical por su extensa trayectoria, interpretando éxitos como “11 y 6”, “Dar es dar”, “Mariposa tecknicolor” y “Vengo a ofrecer mi corazón”, entre otros. Fueron en total 17 canciones que obtuvieron de parte del público repetidas ovaciones, la última de las cuales duró más de dos minutos. 

El Juguete Rabioso y Rey Pila fueron los teloneros oficiales de la jornada. Una banda de nueve músicos acompañó al rosarino en la monumental tarima: Diego Olivero (bajo, teclado y coros), Gastón Baremberg (batería), Juan Absatz (voz, teclados y coros), Juani Agüero (guitarra y coros), Vandera (voz, guitarra, teclados y coros), Emme (voz y coros), y la sección de vientos Sudestada Horns conformada por Ervin Stutz (trompeta y flugelhorn), Alejo von der Pahlen (saxo alto y saxo tenor) y Santiago Benítez (trombón). Nota aquí.



Fernando Montalbano


 

Salvador Amor

 

Juan Gelman

 LLUVIA

Hoy llueve mucho, mucho,
y pareciera que están lavando el mundo
mi vecino de al lado mira la lluvia
y piensa escribir una carta de amor/
una carta a la mujer que vive con él
y le cocina y le lava la ropa y hace el amor con él
y se parece a su sombra/
mi vecino nunca le dice palabras de amor a la
mujer/
entra a la casa por la ventana y no por la puerta/
por una puerta se entra a muchos sitios/
al trabajo, al cuartel, a la cárcel,
a todos los edificios del mundo/ pero no al mundo/
ni a una mujer/ni al alma/
es decir/a ese cajón o nave o lluvia que llamamos así/
como hoy/que llueve mucho/
y me cuesta escribir la palabra amor/
porque el amor es una cosa y la palabra amor es otra cosa/
y sólo el alma sabe dónde las dos se encuentran/
y cuándo/y cómo/
pero el alma qué puede explicar/
por eso mi vecino tiene tormentas en la boca/
palabras que naufragan/
palabras que no saben que hay sol porque nacen y
mueren la misma noche en que amó/
y dejan cartas en el pensamiento que él nunca
escribirá/
como el silencio que hay entre dos rosas/
o como yo/que escribo palabras para volver
a mi vecino que mira la lluvia/
a la lluvia/
a mi corazón desterrado/



Sadautor


 

Abel Pintos & Maggie Cullen

 


Morgan

 El gran viaje de Morgan, la banda que sacudió el pop-rock español: “Nos da igual qué lugar ocupemos mientras podamos tocar lo que queramos”

Después de recorrer de 4.000 kilómetros, el grupo madrileño grabó en Noruega su nuevo disco, un trabajo cargado de emociones y texturas inéditas que los ha llevado hacia otro territorio sonoro

A veces, hay bromas que se van de las manos. Y, a veces, eso no quiere decir que sea malo. Bien lo saben los miembros de Morgan. Bromearon con ver una lista de estudios de grabación “ideales de la vida” para ver en cuál les “molaría” grabar un disco y acabaron haciéndose casi 4.000 kilómetros con la furgoneta para atravesar media Europa y llegar a la remota isla de Ginke, al norte de Noruega. “Ekain [Elorza, baterista de la banda] tenía una lista elaborada y la miré un día en la furgo y dije: ‘Espera esto qué es. Es una maravilla. Hay que ir’. Lo dije en plan de risa, pero acabamos yendo”, recuerda Nina de Juan, cantante y compositora de Morgan. “Esto” era el estudio de grabación de Ocean Sound, un precioso complejo sonoro cuya carta de presentación reza: “En el fin del mundo, al borde del mar, se encuentra la instalación de grabación más impresionante de Europa”. “Se siente así”, reconoce Nina. “Es un lugar idílico. Por cada ventana que miras ves todo mar, las montañas se te vienen encima, la luz brilla distinta con un atardecer maravilloso y las tormentas son de otro mundo”.

La consecuencia de aquella experiencia ha quedado plasmada en su Hotel Morgan (Cultura Rock), el último álbum de una banda que entró en la música española en 2016 como un torbellino refrescante de rock mezclado con sonidos raíces de soul, góspel y funk, y que se ha terminado por consolidar en la escena como un grupo distinto a cualquier propuesta, como si de sus referencias primarias y vibrantes se tejiese una formación salida de cualquier lugar recóndito de Estados Unidos. Pero, lejos de la tierra del tío Sam, Morgan es una banda madrileña y acabó viajando hasta esa parte del fin del mundo en Noruega para grabar el cuarto álbum en estudio de su carrera. El viaje se convirtió en “uno de los más increíbles” en la historia de sus cuatro integrantes: De Juan, Elorza, el guitarrista Paco López y el teclista David Schulthess. “Metimos unos pocos instrumentos y viajamos durante seis días. No queríamos viajar más de seis o siete horas por día y así íbamos con calma y haciendo paradas”, cuenta Nina. Durante esos días, dejaron España desde Madrid, atravesaron Francia, Bélgica, Alemania y Dinamarca, donde cogieron un ferry y cruzaron media Noruega hasta llegar a la isla de Ginke. “Fue una gran experiencia porque paramos en sitios como Burdeos o Hannover y pudimos conocerlos. Había una energía en ese viaje que, luego, creo que supimos trasladarla a Ocean Sound”.

El estudio se encuentra en la isla de Ginke, un pequeño trozo de tierra de no más de 6.500 habitantes y que forma parte de las conocidas islas de las sagas vikingas. Este territorio, llano y bucólico, está rodeado de mar y transmite también una energía especial. “Nos pasamos allí nueve días en modo residencia, modo burbujita. Le sacamos todo el jugo”, explica la cantante. “Todo lo que traíamos del viaje más lo que sentimos en ese sitio tan maravilloso te pone en un lugar musical y espiritual distinto”. La energía acumulada de ese sitio se transformó en “una luz muy natural” que, gracias a la labor de Martín García Duque a la producción, quien ha trabajado con The Limboos o Jero Romero, llevó a la banda “de manera natural” a “otros sitios y colores”. “Diría que el álbum es más quirúrgico que todo lo anterior que hemos grabado. Hay más colores, más sintetizadores, otros tonos”, sostiene la cantante. Nota aquí.




Diego Ojeda

 


El Roto

 


domingo, enero 19, 2025

Nadia Álvarez

 

Sabina & Leiva

 Una nota del 2020 sin vencimiento.

Joaquín Sabina y Leiva, la amistad en los tiempos del cólera

Necesitábamos un paréntesis para recordar lo que era un abrazo. Esta es la historia de cómo un rockero hipocondriaco y otro con miedo escénico se convirtieron en hermanos.

“Esta es la clavícula que tienes jodida, ¿no?”, le pregunta Leiva a Sabina antes de apoyarse en su hombro para la primera foto. “Sí, esa fue la del hostión. Pero tranquilo, ya no me duele. Y es de platino, no me la robes”.

Cuando estos dos tipos están juntos, su mundo está recién pintado. No hay que pedirles compadreo frente a la cámara, para ellos juntarse en un shooting es como meterse en un fotomatón con ese amigo de toda la vida y dos copas de más. Y hemos tenido el privilegio de descorrer la cortina y colarnos en esa cabina. El lujo de llegar de sobremesa a casa de Joaquín Sabina (Úbeda, 1949), que es la de Leiva (Madrid, 1980), y salir de allí de noche. De que dos tipos a los que hemos escuchado horas infinitas de nuestras vidas nos regalen uno de sus ratos de tequilas, cervezas y risa. De servir de excusa para reunir a dos amigos que no necesitan ninguna para juntarse.

Nadie diría que treinta años separan a estos dos flacos, porque además la suya no es una relación de maestro y discípulo. Si Leiva le tiene que pelear un verso a Joaquín, lo hace sin complejos. Y si a Sabina (aquí tienes las 20 mejores canciones de Joaquín Sabina más allá de las típicas) le pide el cuerpo ponerse rockero, no se amilana ante el “punto pandillero del tatuaje con arte”. Juntos dieron forma al último disco del andaluz, Lo niego todo (2017), lo mejor de Joaquín en los últimos veinte años. Juntos acaban de hacer la canción Partido a partido, un homenaje al Atleti que hace llorar a los madridistas, de emoción y de envidia. Y juntos planean un futuro en el que se barruntan nuevos álbumes y, puestos a soñar, también una gira. Y quién sabe si incluso podría ser Leiva quien interprete a Joaquín en sus años de squatter en Londres, en el esperadísimo biopic que está preparando Fernando León de Aranoa.

Terminan las fotos. Leiva coge su lata de Mahou. Joaquín su tequila y su paquete de Ducados. Y subimos las escaleras para irnos los tres solos a su salón, donde nos regala un soneto que acaba de terminar sobre el coronavirus, mientras yo me siento en un sofá en el que antes se ha sentado Gabriel García Márquez. Y Serrat. Y pienso lo que contarían estas paredes si hablaran. Y comienza una charla que terminará, dos horas después, con una frase aterradora: “Avísanos cuando salga”, dice Sabina. Y yo caigo en ese preciso instante en que tengo que escribir algo que va a leer el autor de las mejores letras en castellano que ha parido la música. Y me vuelvo a casa temblando.

LEIVA: Este es nuestro lugar del tercer tiempo...

JOAQUÍN SABINA: Aquí nos hemos bebido buenas botellitas, ¿eh, Lei? Es que a este le gusta mucho el buen vino, y siempre tenemos guardado para él alguno cojonudo.

LEIVA: En este salón hemos pasado muchas horas. Terminábamos de grabar y nos quedábamos con Jimena [la mujer de Joaquín] charlando. Días y días hasta las tantas. Y siempre salía de aquí con unas borracheras...

JOAQUÍN: Y también en mi casa de Rota, que es donde nació aquel disco. Este año ha vuelto y hemos hecho juntos la primera canción que escribo desde entonces. Es un tema para el Atleti, no sé sí lo has escuchado.

Sí, para mi desgracia. Por este tipo de cosas es por las que más me escuece ser madridista.

JOAQUÍN: Es uno de los motivos principales por el que la hemos hecho: para que os jodáis [risas].

LEIVA: Lo que más contento me pone de esa canción es haber activado a Joaquín. Haberle puesto el hilito para que empiece a tirar. Y hoy me ha contado que está dibujando y está escribiendo, y me parece una noticia maravillosa.

“Soy muy mal novio, un pésimo amante y peor marido. Pero soy un estupendo amigo”. ¿Sabéis de quién es la frase?

JOAQUÍN: Sí, esa es mía. Pero él podría firmarla también. Porque una de las cosas en las que nos parecemos es en los defectos, no en las virtudes [risas]. Bueno, lo de buen amigo también lo puede firmar.

LEIVA: Parece que a Joaquín y a mí nos ha juntado la música, pero lo que nos une en realidad es una tremenda amistad. Yo me voy de vacaciones con mis amigos los poetas, los de Rota, que son toda su pandilla. Y generamos tantas risas juntos, tantas, que con el tiempo me he dado cuenta de que al final la música ha sido un trámite.

JOAQUÍN: Él tiene una capacidad social muy grande. Cuando no está, me preguntan todos por él. ¡Y todas! [risas].

Leiva, antes de llegar a ese momento en el que Sabina se convierte para ti en Joaquín, ¿cómo entra en tu vida?

LEIVA: Hay una imagen que lo explica todo. Durante los últimos 10 o 15 años que viví en casa de mis padres, compartía litera con mi hermano. Al cerrar la puerta de nuestro cuarto, por dentro había colgado un póster arrancado de la calle, que era de su disco Esta boca es mía. Y eso era lo último que veía antes de dormir y lo primero que veía al despertar. Cada día de mi vida, durante muchos años. Es muy representativo. Y además puso música a muchos, muchos viajes a Asturias con mi familia. La música eran Camarón y él. Nota aquí.