viernes, agosto 21, 2009

José Tomás

Sangre, grandeza, torería.
La tarde fue una agitada tormenta de sensaciones. Que nadie se mueva, atención preferente al ruedo, conmoción, arrebato, entusiasmo, admiración y dolor. Sangre, grandeza y torería en una corrida para el recuerdo, para la emoción contenida, en la que la tauromaquia volvió a alcanzar el esplendor que la ha hecho grandiosa a través de la historia. Leer nota.

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