
En los últimos días hay muchos israelíes que ven algo extraño en sus amigos inmigrantes argentinos. En los hospitales en los que trabajan como médicos, en el trabajo en el campo o en el tambo, en las cooperativas agrarias, en las universidades a las que llegan como alumnos o profesores, en el diván como pacientes o a la cabeza del diván como psicoanalistas, todos susurran o cantan acongojados una frase que un buen traductor al hebreo le dijo a los israelíes que significa: "Y rasguña las piedras..". Leer nota.
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