miércoles, noviembre 10, 2010

Ismael Serrano

Sentimiento religioso
Me conmovió la solemnidad de los rituales hindúes a orillas del Ganges, las cremaciones al atardecer, las abluciones al despertar, la espiritualidad que lo impregna todo en Vanarasi. Obnubilado y sobrecogido me hizo temblar el murmullo frente al Muro de las Lamentaciones de Jerusalem, voces que rezan oscilantes meciendo el sueño de un dios iracundo y sordo. En el Cairo, sobre la ciudadela antigua, escuché estremecido la voz vibrante que llamaba a la oración desde todos los alminares y me sentí pequeño. Cada Semana Santa me maravilla el cortejo fúnebre de encapuchados que le canta al hijo del carpintero crucificado. Pero más allá del desconcierto estético, unas cuantas preguntas éticas y la estupefacción ante el hecho antropológico que generan en mi cada una de aquellas vivencias, nunca tuve un gran sentimiento religioso. Nota completa aquí

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