domingo, enero 01, 2012

Marcos Ana

Marcos Ana, cuando hasta el dolor es poesía…
Defendió al gobierno legítimo de la República y por ello fue detenido y condenado dos veces a muerte en 1939. Tenía 19 años. Le conmutaron la pena por una condena de 60 años. En la cárcel sobrevivió gracias a la firmeza de sus ideales, la grandeza de su espíritu y el ejemplo solidario de sus compañeros. Allí empezó a escribir poesía. Sacó clandestinamente sus poemas que, como mensajes en una botella de un náufrago, recorrieron el mundo y fueron leídos allí donde había alguien luchando por la libertad. Tras veintitrés años de cárcel le indultaron y salió a la calle. En prisión fue sometido a todo tipo de torturas y, aunque recuerda el nombre de sus torturadores, siempre se ha negado a darlos porque “tendrán hijos, nietos y, a tanta distancia, no quiero empeñar el recuerdo que tengan de sus padres o sus abuelos, pasándoles la carga moral de una culpa que ellos no cometieron”. Crónica aquí.

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