martes, noviembre 20, 2012

Rodolfo Serrano

De otro tiempo.

Cuando tú aparecías el día se quebraba en mil pedazos.
Y el mundo era más alto que la más alta estrella.
Venías de las sombras y de estaciones frías,
de los cuchillos anchos y de la piel desnuda.

Completo aquí.

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