miércoles, enero 15, 2014

Martín Caparrós

Gelman


Me llamaba maestro, como en “maestro, por favor baje a comprarme cigarrillos; dos paquetes, sí, parisiennes”. Yo tenía 16 años, él era el jefe de redacción y yo el cadete de un diario que se llamaba Noticias y él, Juan Gelman, me llamaba maestro. Como en “maestro, cuando pueda, ¿me trae un vaso con hielo?”. Yo, mientras, me preguntaba cuándo podría empezar a escribir sin que la música de sus poemas me impidiera escuchar cualquier otra.
Maestro: yo entonces lo admiraba tanto que a principios del ‘76, cuando me fui de la Argentina, el único libro que me llevé fue un tomo marrón, tapa muy blanda, donde la editorial Corregidor había reunido sus poemas. Después pasaron –a todos nos pasaron– tantas cosas, y ahora se murió. Nota aquí.



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