martes, abril 15, 2014

Alfredo Alcón

Alcón, vivo en la poesía

Acaba de dejarnos. Con la misma discreción y la misma dignidad con que vivió. No sé si la banalidad y la estridencia permiten hoy calibrar cabalmente la entera personalidad de Alfredo Alcón. Los timbres y los matices de su voz, junto con la calidez y calidad de su presencia, no eran los únicos en sostener su dignidad estética, nunca bastardeada. Y que siempre se dio en él, como en los auténticos artistas, con una conciencia ética, impregnada de humanismo, y que le surgía de manera espontánea, natural, sin preconceptos y sin dogmas. Nota aquí.


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