“Una vez me pidieron un cinturón de castidad”
Orfebre por tradición paterna, lleva 44 años en el taller de San Telmo. Pese a su fama mundial, le gusta recorrer el barrio a diario.
Hace 44 años que está en el primer piso de Defensa y Humberto 1°. “Fue conventillo y se transformó en la cantina Sorrento. En los balcones tenía mesitas, la gente comía y miraba la feria, que recién empezaba”, cuenta Juan Carlos Pallarols en la recorrida por su taller, showroom y vivienda. Nació en Banfield, pero ya de chico iba a la Plaza Dorrego. Nota aquí.
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