jueves, noviembre 06, 2014

Santiago Segura

Un desagradable encantador

Este ex policía corrupto representa lo peor de cualquier sociedad y, sin embargo, no indigna a nadie. Recién salido de la cárcel y enfrentado a una España posapocalíptica, ahora Torrente decide que “se acabó el ciudadano modélico” y se propone robar un casino.
No debe tomarse a la ligera que el inescrupuloso pero tonto policía José Luis Torrente haya conseguido sostenerse a lo largo de cinco películas, aun con sus altibajos, convirtiendo a la saga en la más taquillera del cine español y al protagonista en un personaje de culto en varios países, incluida la Argentina. Son indicios de que hay algo en él –y en el estereotipo que representa– que consigue resonar con fuerza en una masa que excede la categoría estricta de público cinematográfico. Porque no caben dudas de que Torrente logra salirse de la pantalla y resultarle familiar a cualquiera, convenciendo a todo el mundo de que aquello que el personaje lleva hasta el absurdo es, sin embargo, absolutamente posible en el mundo real. Todo el mérito es de su creador e intérprete, el actor y sobre todo comediante español Santiago Segura, a partir de su triple capacidad de traducir a un absurdo políticamente incorrecto aspectos importantes de la realidad; de ponerlos en escena de manera efectiva como director; y de dar vida a una criatura reconocible e inesperadamemente querible, a pesar de dar muestras permanentes de su bajeza y sus pésimos valores. Nota aquí.

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