martes, octubre 11, 2016

Alberto Ballesteros

Café Libertad 8

Lo he contado alguna vez, yo marché a Sheffield en 2008 jugando a ser un aspirante a rockstar, o algo así, y volví dos años más tarde convertido en un aspirante a cantautor.
Fue entonces cuando supe de la existencia de Libertad 8. Una tarde me acerqué a conocer el café y a llevar una copia del E.P. que acababa de grabar en Sheffield. La verdad es que no recuerdo bien a quién se lo entregué ni recuerdo la conversación, pero sí recuerdo salir de allí sabiendo que no me iban a llamar para darme un concierto, eso nunca funciona así y menos en un sitio con solera.
Todo el mundo sabe que para poder tocar en un lugar así se necesita un “padrino”, alguien que ya haya cantado allí y te invite a cantar una canción o te recomiende de alguna manera. Pues bien, yo padrino no tuve, yo tuve madrina, Marta Tchai. Inolvidable todo lo que hizo por mí, no sólo en Libertad, también en el Búho Real, en Clamores, en la sala Sol, en Galileo… (A veces, cuando me vengo abajo porque siento que las cosas no van bien, pienso que he cantado en todos esos sitios y… ¡Joder! ¡Eso está muy bien! ¿No?) Insisto, mucho tuvo que ver en todo eso Marta Tchai. Crónica aquí.

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