sábado, mayo 12, 2018

María Guivernau

TORMENTA 

Truena el cielo,
cubierto de nubes negras,
como si fuera a partirse
en mil pedazos.
Destellos de relámpagos
lo iluminan.
Y el agua,
cayendo con fuerza,
con la rabia contenida
de quien ha permanecido
encerrado,
desbordándose.
La escucho,
tumbada en el colchón
y es inevitable
sentirse un poco ellas.
Un poco lluvia.
Un poco tormenta.


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