jueves, abril 09, 2020

Daniel Serrano

VIDA Y CANCIONES DE LUIS EDUARDO AUTE

Aute fumaba y miraba el fuego de la chimenea cuando le entrevisté en 2012 para el documental El oficio de cantar, confesaba su asombro de ser cantante no habiendo pretendido jamás llegar a ello, prefería pintar y hubiera preferido (aún más) dirigir películas. Pero la vida es así y Aute se convirtió en cantautor ilustre y como cada cual tiene sus hitos, además del día en que murió Kurt Cobain, para mí fue importante la noche en que acudí al concierto de Luis Eduardo Aute y Silvio Rodríguez en la plaza de toros de Las Ventas, allá por 1993.


Y ahora Luis Eduardo Aute se ha ido para siempre.
Queda la música. Tal y como cantó él.
Fue el niño que miraba al mar de Filipinas, lugar del planeta donde Luis Eduardo Aute nació en 1943, en una Manila de los mares de China que surcaban fabulosas embarcaciones capitaneadas por Clark Gable, como en la película que Lewis Milestone dirigió en 1935 mucho antes de que François Truffaut colocase su cámara frente al rostro de Antoine Doinel en un océano gris que concluía con un plano congelado resumiendo, ipso facto, toda la nouvelle vague.
Pero eso sería después.
Antes está el niño que mira al mar y que hasta los 8 años vive en Filipinas, como hijo de un empleado de la Compañía de Tabacos, y que vuelve a España y crece influido por el cine y la música y la pintura. Estudia bachillerato y comienza la carrera de aparejador  y se va a París y allí descubre todo un universo cultural. Vuelve y forma parte de grupos como Los Sonor, Los Tigres y Los Pekenikes. Le da verguenza cantar, no obstante. Es más Leonard Cohen que Mick Jagger. Nota aquí.

0 comentarios: