martes, abril 07, 2020

María Guivernau

DESPIDO LIBRE

Me despediste de tu vida
sin indemnización
por daños irreparables
y perjuicios al corazón.
Alegaste bajada de productividad,
a mí,
que perdí el número de horas extras
que hice sin cobrar nada a cambio.
Y es que olvidé
que los contratos indefinidos
no lo son para siempre
y, a menudo,
tienen fecha de caducidad.
Así que aquel día,
cuando decidiste que tu empresa
prefería los contratos temporales
o los de prácticas,
embalé mis cosas
y firmé el finiquito de tus besos
con un "no conforme"
escrito al lado.
Hoy, tiempo después,
sigo en la fila del desempleo
aceptando trabajos de días
o de semanas,
en ningún caso de meses,
mucho menos indefinidos.
Lo bueno de todo
es que ya no te echo de menos.

(Foto: Sally Mann)


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