martes, marzo 09, 2021

Rodolfo Serrano

Volver

Volveré a Buenos Aires cualquier día
con lluvia, amaneciendo
en la ruta de Ezeiza a la ciudad.
Sobre el pasto
caerá la lluvia. Y en la chapa
del auto sonarán sordas las gotas
lo mismo que un latido
emocionado, arrítmico, del alma
de la ciudad querida que nos llama.
Y, luego, ya más tarde,
sentiré como despierta la belleza
en calles y en esquinas
y toda soledad, toda tristeza
se prenderá en el aire mientras busco
un pequeño café. Me sentaré. Y veré
caer la lluvia, dulce, tranquilamente
a través del ventanal.
Volveré a Buenos Aires una tarde
en que la luna corra por Callao,
y en Madrid
San Telmo se disfrace con los bares
de La Latina y la Gran Vía
se vista con las luces de Corrientes.
Y en cualquier librería de Palermo,
sin prisas y sin nadie
dejaré que el reloj se nos detenga,
y nos pare la vida y nos abrace
el recuerdo de días luminosos.
Soñaré, soñaré y, sobre todo,
caminaré como un loco, en la vereda
me pararé un momento,
miraré las muchachas, y la niña
que en Florida
toca, tan seria y grave,
el bandoneón. Abrazaré
las ciudades y sus nombres,
viviré como si nada y como todo.
He de volver. Por más que este cansancio,
este cuerpo agarrado a su derrota,
esta desolación,
me borre con su niebla
cualquier camino nuevo hacia la vida.
Volveré para encontrar toda esperanza.
Lo último que queda en el desastre.
El tiempo que renace y que ahora siento
como tu mano en mi piel con fiebre y miedo.
La foto es de
Raul Cancio
. Dar un toque.



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