lunes, noviembre 14, 2022

Antonio Banderas

 “Me jode mucho tener que morirme”

El actor y director, de 62 años, reabre el teatro Albéniz de Madrid con ‘Company’, un musical que estrenó en Málaga. “El cine ha sido un accidente de 120 películas para poder hacer lo que quiero y como quiero”, dice.

Al teatro Albéniz de Madrid lo están peinando para el bautizo. Bueno, el rebautizo. Varios enjambres de operarios de las obras de reforma, y del montaje de Company, la obra musical con la que reabre tras 17 años cerrado y amenazado de demolición, dan los últimos toques para que todo, y todos, brillen en el estreno. Huele a serrín, a pintura, a nuevo, nuevísimo. A vísperas de algo grande. En esas, llega el jefe, Antonio Banderas (Málaga, 62 años) se quita las consabidas gorra y gafas de estrella de incógnito, y se pone a las órdenes del fotógrafo, con el que departe de sus cosas. Luego, suspira, resopla, se derrenga en una silla frente a la grabadora y se entrega a una charla divertida y torrencial salpicada de guiños y risotadas. Lo que sigue es solo un intento de acotarla.

Parece cansado. ¿Nervios por el estreno?

No. El cansancio es mi estado natural. Trabajo mucho. Soy hiperactivo: he intentado reducir el volumen desde el infarto que sufrí en 2017, pero, al final, termino haciendo de todo y, con 62 años, que pase lo que tenga que pasar.

¿Ya se le ha pasado el ‘yuyu’?

Sí. Si ya sabemos todos que aquí venimos a morir, lo que hago ahora es hacer menos tonterías y solo exactamente lo que quiero. La gente me pregunta que por qué vengo a Madrid con el mismo espectáculo de Málaga. Pues porque me gusta. Soy adicto a trabajar como quiero trabajar. Mi vida empieza cuando se levanta el telón y oigo “acción” y acaba cuando oigo “corten”. Durante muchos años, mis representantes no querían que hiciera teatro, porque no es rentable. De hecho, aquí vengo a perder. El éxito es un bicho rarísimo, pero lo que sí busco es la excelencia. Puedo permitirme ese lujo, no tengo que presentar cuentas a nadie. Nota aquí.



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