domingo, octubre 08, 2023

Chiqui Calderón

 Manuel nos cuenta por Facebook

Le debía unas letras a Chiqui Calderon, igual que le debo todavía, un encuentro de domingo al sol en el Pumarejo para tomar unas cervezas. “Un peluquero en Marte” (2022) es el disco más maduro y a la par más asentado en lo cotidiano. Tras sus excelentes trabajos, “Ni frio ni calor” (su exitoso debut en 2009), “La memoria y el vicio” (2010) y “Volver a empezar” (2016), regresa con las canciones más atmosféricas de su carrera. Ha supuesto un trabajo más calmado, escribiendo textos más reflexivos, una lírica más basada en imágenes casi caleidoscópicas que nos va sumergiendo y atrapando en su espacio gravitatorio. Al igual que los sonidos que tienen mucho que ver con poner a los mandos de los arreglos y la producción a su buen amigo Álvaro Gandul.
Chiqui Calderón quería experimentar y generar un mundo con auras completamente distintas para sus canciones, más místicos, lisérgicos y más marcianos, si se me permite la expresión. Podía haber repetido formulas de sus anteriores discos que le funcionan bien, y más todavía en directo, pero lejos de conformarse con eso, provoca un cambio estético más radical, te lleva a su terreno, al borde de sus abismos, por eso hay que vestir escafandra de astronauta, portar peine y tijeras, para viajar hasta sus horizontes cómodamente. Es un álbum que se antoja oír con unos buenos auriculares y paladear todos sus paisajes ambientales, los que abrazan el tronco de la canción y sus historias. Están su amor, su familia, su trabajo y los amigos. Y la vida. La vivida y la que está por vivir. La memoria reflexiva y la voz de Calderón bien hilvanada en todo el viaje, utilizada y captada en las grabaciones con delicado pundonor.
Si este disco lo acompañas con la fortaleza audiovisual que le brinda su inseparable amigo y director Raúl Arteaga, trasciende aún más este mundo interior bien arraigado en Chiqui. Ha dejado atrás lo pueril, lo naif, por lo que tiene que ver con la esencia, con la verdad y con la gran belleza.
Se nota el deleite y la parsimonia que se ha tomado para realizar un plato exquisito y elegante, así es como hay que entrar en la cocina, o así es como entran los buenos Chefs que quieren probar nuevas esencias, asumiendo riesgos, cambiando los ritmos, probando cosas nuevas, para que al final se produzca el milagro de crear el sabor a algo distinto. Casi único.
“Un peluquero en Marte” tiene 10 cortes, imposible quedarse con uno, pero “La buena vida”, “Tiene que ver contigo” y “Te dejé marchar” están entre mis pasajes favoritos. El disco tiene la peculiaridad de empezar justo como acaba pero cruzando al otro lado del espejo, como en la “Alicia…” de Lewis Carroll o en The Matrix. Chiqui empieza con “Justo ahora” y al cerrar se convierte la canción en “Just now” pero ahora es Vicky Luna quien la canta con elegancia, al borde de un escenario de Café Cabaret en Broadway.
Chiqui Calderón no es un peluquero corriente, ni siquiera es un ser humano corriente; es un artista que ama su trabajo, y coja el instrumento que coja para trabajar o esculpir lo que hace, lo hace con tanta fe y talento, que lo transforma en arte o en indomables vuelos melódicos. No te pierdas este milagro cuando ocurra en directo.
“Un peluquero en Marte” está disponible en todas las plataformas.




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