jueves, diciembre 07, 2023

Clásica y Moderna

 Con sus 6.000 libros intactos y el piano de Sandro, reabre Clásica y Moderna, símbolo cultural de Buenos Aires

Será el lunes en el mismo espacio de Callao y Paraguay que dirigió Natu Poblet hasta su muerte en 2017.

Se trata de una iniciativa de Raquel Rodrigo, que también recuperó El Tropezón y apunta a salvar el Teatro 35 a pocas cuadras.

Poner en valor y reabrir Clásica y Moderna parecía una quimera. Sin embargo será realidad el próximo lunes cuando Raquel Rodrigo, alma mater de este proyecto, ilumine de nuevo uno de los reductos culturales y gastronómicos más queridos de Buenos Aires, el mismo que la inolvidable Natu Poblet –fallecida en 2017– convirtió en una marca de la Reina del Plata.

Rodrigo recibe a Clarín Cultura en el subsuelo de El Tropezón, otro emblema porteño que rescató hace seis años, y nos advierte que tengamos cuidado al bajar y subir la escalera “que es de 1896”.

Pero antes de entrar en materia cabe presentar a Raquel Rodrigo, una mujer activa (es abuela y madre de tres hijos de 40, 36 y 33 años), de mirada directa, a quien se le advierte de inmediato una energía emprendedora.

Docente y fundadora de una escuela modelo en Morón, fue desde 2003 y hasta 2019 –cuando la artista se retiró– la productora en Argentina de Carmen Flores, hermana de la inolvidable “Faraona” Lola Flores. Con ella recorrió desde La Quiaca a Ushuaia en giras artísticas. Es además parte de una Pyme familiar de alimentos.

¿Cómo se decidió a poner en valor Clásica y Moderna que cerró en 2019 con una carga importante de deudas?

Así comienza la historia. “Clásica tiene mucho que ver con la historia de El Tropezón. La clave es recuperar estas joyas de Buenos Aires que están cerradas por distintas razones. Yo amo lo porteño y me parece fundamental reabrir estos espacios. Un día pasé por Clásica y Moderna, en avenida Callao 892, y vi que las cortinas estaban bajas, muy feas, con grafitis, y me pregunté por qué estaba cerrado. Allí comencé a buscar a la dueña de la propiedad y le dije que quería comprar o alquilar. La familia, que es del interior, no quiso vender, pero aceptó alquilarme el espacio y yo compré todo lo que está adentro”. Nota aquí.




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