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Leo El padre desnudado, de Ramón Serrano Balasch. Y en el hombre desnudado que el niño Ramón contempla, veo a mi padre. El sufrimiento de mi padre, su dolor. Las historias de una guerra de la que nunca le gustó hablar.
Y veo en el hombre aquel que escuchaba la radio y reaccionaba con rabia ante el discurso de los vencedores, a mi padre, rebuscando en la vieja radio de antena Radio Pirenaica. Su esperanza imposible, que nunca se cumplió.
Tenéis que leerla. Para que nunca se pierda la memoria del sufrimiento, del horror de una guerra y una posguerra atroces.
Gracias, Ramón, gracias por estas memorias, por esta novela que nos trae el dolor pero también la esperanza de un tiempo y una España doliente. Y del padre que nos dejó su recuerdo y su lucha.
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