OREMUS
Oh dioses de la ultratumba
inventados de carne y hueso
borrar de mi cerebro la noche eterna
quitad de mi camino los pedruscos
las espinas que a mis pies
dejan la huella de la sangre
devolvedme el oro de la playa
las esmeraldas y el nácar
de aquel mar de fiesta y de esperanza
la gozosa espuma de las enaguas
decidme cuan largo es el dolor que me falta
hasta llegar al cielo de la nada
esta madrugada transcurre entre el silencio de piedra
y los fantasmas de sombras saturnales
cruzan por mis sueños los niños destrozados
de mis obsesiones no logro quitar las estancias derruidas
las camas quemadas de los hospitales
los pequeños fardos blancos
que amagan las ilusiones arrancadas
violenta cosecha del fuego
convertidos en verdugos las víctimas de antaño
decidme Oh dioses de mi personal Olimpo
la imaginación ha creado monstruos verdaderos
con los cuchillos y las hoces en el aire
que arrasaron con el hacha de la ira
el bosque con su jardín marino
los chillidos de los niños revolcados
por las olas de la venganza
¡Devolvedme el vuelo de la alondra!
¡Traer hasta mi casa la rama de olivo en el pico de la paloma blanca!
¡Dejadme arar las horas oxidadas que me quedan!
que crezcan de nuevo
las espigas de oro en las renovadas playas
¡el arco iris Totó
el arco iris!
Oh dioses del verso y la metáfora
vosotros de sobra sabéis
que ando perdido por los túneles oscuros de la desesperanza.
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