"Norita": el reencuentro con esa Madre tan querida
Realizado a partir de la combinación de material de archivo con testimonios directos, el documental incluye además escenas que dan cuenta de la vida cotidiana de Nora Cortiñas y del cariño que recibía de la gente. Entre los productores del film se encuentran figuras diversas, desde Gustavo Santaolalla hasta Jane Fonda y Naomi Klein.
Hay un puñado de personas que se vuelven tan grandes que solo es necesario pronunciar su nombre para que todo el mundo sepa de quién se trata. Nombres convertidos en una marca cultural, un código compartido que invoca una identidad que es al mismo tiempo individual —la de su dueño— y colectiva —la de la comunidad que la reconoce y encuentra en ella un espejo, para bien o para mal—. Estas personas suelen provenir del campo popular, pero sus logros alcanzan tal magnitud que trascienden las fronteras de clase. El Diego, Evita, Charly, por ejemplo: se los puede amar u odiar, pero nunca negarlos. Lo mismo pasa con Hebe, Estela y Norita, referentes de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, cuyas luchas en algún momento parecieron encolumnar a todo el país detrás de ellas. Hoy está claro que nunca fue así.
La última de ellas es la protagonista de un documental que justamente lleva su nombre por título. Dirigido por Andrea Tortonese y Jayson McNamara, Norita rescata la historia particular de Nora Morales de Cortiñas, una tarea que no está exenta de riesgos. Uno de ellos, el más obvio, es que el árbol acabe tapando al bosque. Es decir, que una gesta colectiva como la de las Madres termine pareciendo el impulso de una sola o de unas pocas mujeres, cuando se trata de una lucha que reúne a miles de ellas, trabajando de forma asociada en pos del mismo objetivo: saber dónde están y qué pasó con las 30 mil personas desaparecidas por la última dictadura militar en la Argentina. Sus hijos.
Realizada a partir de la combinación de material de archivo con testimonios directos que le da a la película un aire entre clásico y conservador, Norita cuenta además con elementos que se corren de esa rigidez formal. Entre ellos se destaca, por un lado, el registro de algunas escenas que dan cuenta tanto de la vida cotidiana de Cortiñas, registradas muy poco antes de su muerte el 3 de mayo pasado, como de las espontáneas muestras de cariño que recibía de una multitud de desconocidos no bien ponía un pie en la calle. En especial cuando participaba de marchas o eventos públicos, algo que hizo hasta el final de su vida, donde era venerada casi como una santita popular. Nota aquí.
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