POEMA PARA ALEJANDRO
Es la impaciencia en esa mirada clara.
La hermosa metáfora de la tarde en tus ojos.
Es la vida que te zarandea jugando.
Es el tiempo que te espera con sonrisa ancha e inocencia burlona.
Es la luz intensa que desprende tu mundo
El interrogante infinito que nunca cesa.
Este amor incondicional que te profeso.
Eres tú, hijo.
Ese aroma dulce que penetra en el frío
y deshiela, una a una,
las soledades de invierno.
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