Españistán
que mientras el pueblo aguanta,
resiste y no se levanta,
cuidados entre algodones,
van de fiesta los Borbones,
viviendo a cuerpo de reyes,
por encima de las leyes,
de la vida y la memoria,
ciscándose en nuestra historia,
tratándonos como a bueyes.
Presumen de lo que son,
rentistas en la Suiza,
una obsesión enfermiza,
que no tiene parangón.
Lo dice el barco, Bribón,
antes, el barco Fortuna.
Y girando hacia la luna
los poderes del Estado
miran para el otro lado,
sin vigilancia ninguna.
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