"Espero que nunca le pongan mi nombre a una calle" .
En diciembre de 1983, Julio Cortázar vino a despedirse de Buenos Aires. Fue una visita casi clandestina, pero una serie de azares llevó a un joven periodista local a hacerle una de sus últimas entrevistas.
"Yo no estoy por la pena de muerte, pero desgraciadamente las penas de los represores siempre estarán por debajo de sus crímenes, que van más allá de todo castigo", comentó el gran escritor. Leer nota.
domingo, febrero 15, 2009
Julio Cortázar
Publicadas por Romano a la/s 8:42 a.m.
Etiquetas: Julio Cortázar
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