“Mis versos son como mis hijos”
Lo que comenzó como una forma de sortear el desempleo se convirtió en pequeña industria. Junto a su esposa Stella, Martínez vende trescientas poesías por fin de semana, genéricas o realizadas a pedido. Y hasta le escribe a la tabla de cortar asado. Leer nota.
sábado, abril 03, 2010
Alberto Florindo Martínez
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