En caso de duda.
Irrumpe sin compañía ni coraza, abrazado solo a esa guitarra de la que nadie imaginó que atesorara semejante caudal de emociones. Paco, fiel a sí mismo, a su amor por las cosas sobrias, serenas y henchidas de magia: la camisa blanca, el chaleco oscuro, el rostro ladeado y los ojos comprimidos, ciegos de tanta belleza. Nota completa aquí.
jueves, julio 01, 2010
Paco de Lucía
Publicadas por Romano a la/s 7:45 p.m.
Etiquetas: Paco de Lucía
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