El beso
Cada mañana, un beso. Dulce rito.
Restos de una pasión y de otros días.
Rescoldo de un feroz tiempo pasado.
roce apenas, rutina, ya costumbre.
En este beso vive todo un mundo,
se engalana y perfuma de otro aire,
nos trae hasta la casa viejos días,
instantes que acarician nuestra carne,
nos recorren la piel y la ternura.
Saben a pan, a tarde lenta y lluvia,
los besos de la noche y este frio
que nos recorre cuerpo y calendario,
besos tibios de pájaro mojado
que se acuesta temblando en nuestra cama.
Cada mañana un beso de costumbre,
beso crujiente, un beso de domingo.
Lo atraviesa la luz, como a nosotros
que esperamos, en paz. Anochecemos.
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