viernes, febrero 24, 2017

Carlos Salem

Desenmascaramiento de los puentes

La gente cruza los puentes como si ese acto trascendental no tuviera la menor importancia,
Cómo si los puentes fueran meras prolongaciones voladizas de las aceras, obras de ingeniería, calcúlos de un señor que nunca cruzó nada.
Un puente, en realidad, es un animal con la piel extendida desafiandote a que lo pises,
la lengua de un dragón que puede quemarte de horror o de alegría.
Un puente es la escenificación
del ego humano,
que decide dónde  cruzar un río, cuando el río, generoso,
siempre ofrece si lo caminas con calma, un lugar por donde cruzar sin ahogarte.
Cruzar el puente es cómo volar sobre el vacío sin abandonar la seguridad del suelo.

Completo aquí.


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