martes, febrero 27, 2018

Luis García Montero

Desayuno con cadáveres


Me he levantado con ganas de trabajar. Este es el plan: desayuno, me ducho y me pongo a escribir una historia de amor. Así que enciendo el televisor de la cocina, preparo café, me hago una tostada, busco el azucarero para endulzar el día, pero las noticias llegan de forma disciplinada con un horror amargo. Nota aquí.


El perro de un vecino descuidado devoró en el Norte a un niño que jugaba en la calle con sus amigos. Los padres están desconsolados. Se escapó en el Sur una bala del tiroteo de la policía con unoEl perro de un vecino descuidado devoró en el Norte a un niño que jugaba en la calle con sus amigos. Los padres están desconsolados. Se escapó en el Sur una bala del tiroteo de la policía con unos atracadores y ha muerto una anciana que pasaba por allí. Una amiga llora su muerte; recuerda que habían quedado esa mañana para hacer la compra en el mercado del barrio. Un canalla ha violado en el Este la orden de alejamiento de su expareja, la ha metido a la fuerza en un coche y la ha degollado con intención de enterrarla en el bosque. Fue sorprendido por la Guardia Civil con el cadáver en el maletero. Las fuerzas de seguridad buscaban droga, pero encontraron violencia machista. En el Oeste, un hombre ha muerto de una puñalada al corazón, primera víctima de una pelea entre miembros de familias enemigas. Una anciana jura venganza eterna ante los periodistas.

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