Ana Montojo

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TODA ESPAÑA ERA UNA CÁRCEL

No suelo hacer reseñas de los libros que leo porque no soy crítica literaria ni “influencer” y no creo que mi opinión le interese a nadie, pero en el caso de TODA ESPAÑA ERA UNA CÁRCEL, de mi querido Rodolfo Serrano y su hijo Daniel, hago una excepción, ya que nos encontramos ante un libro necesario, no tanto para los herederos de los presos, represaliados, deportados, torturados y condenados a muerte por el franquismo, pues ellos ya se encargan de mantener viva la memoria de los suyos y transmitirla de generación en generación, como ha hecho Rodolfo contándoles a sus hijos mil veces ese cuento tan bonito, como, sobre todo, para los descendientes del otro bando, los que no tenemos muertos en las cunetas ni familiares presos en las cárceles ni mujeres rapadas ni parientes torturados ni fusilados después del 1 de abril de 1939. Los que recibimos la otra versión de los hechos, la que solo habla de las checas, de los "paseos", de las sacas o de Paracuellos y a los que nada más nos enseñaron las placas de mármol con los nombres de fusilados por los rojos en las tapias de algunos cementerios, nombres cuyas sepulturas están perfectamente localizadas y honradas. Crónica aquí.