sábado, julio 14, 2018

Joaquín Pérez Azaústre

Víctor Jara

Un viaje desde el Estadio Chile, que hoy lleva el nombre del cantautor, al Valle de los Caídos.

La canción como arma de protesta es Te recuerdo Amanda. Una canción sobre el amor de dos obreros: dos obreros de ahora, de cualquier fábrica, en cualquier ciudad, en cualquier lugar, en cualquier país de nuestro continente. Así presentaba Víctor Jara esta canción fetiche del amor y la muerte. Es imposible escucharla sin sentir que se eriza la piel con la lluvia en el pelo, con su escarcha de luz. Es la canción de una mujer y un hombre que van a encontrarse durante cinco minutos, porque la vida es eterna en cinco minutos. Cuánto han bebido varias generaciones de cantautores de ahí, de esos cinco minutos que te hacen florecer, del reflejo de pasos en la calle mojada. Todos hemos tenido esa sonrisa ancha antes del encuentro que hace que lo demás ya no importe nada. Ahora, cuando sabemos que ocho exmiembros del Ejército chileno han sido condenados el pasado martes por el asesinato de Jara en septiembre de 1973, justo al comenzar la dictadura de Augusto Pinochet, entonces comandante en jefe, de alguna forma ha vuelto a sonar la sirena que podía escucharse en la canción. Nota aquí.


0 comentarios: