martes, noviembre 13, 2018

Luis García Montero

Somos como niños

En el otoño de 2005 viajé por primera vez a Morelia. El cambio de horario hizo que me despertara muy pronto y salí a pasear por la ciudad mexicana casi con el amanecer pegado en los talones. Un azar provocado me llevó hasta el colegio en el que fueron acogidos 456 niños españoles por el gobierno de Lázaro Cárdenas en junio de 1937.

Después del golpe de Estado de 1936, las democracias europeas, encerradas en sus miedos y en sus mezquindades, abandonaron a la República española. Suerte difícil la de un país dejado en manos de Hitler, Mussolini y Franco. México fue uno de los pocos apoyos desinteresados que tuvo el Gobierno legítimo. Emociona revisar en los fondos documentales de la Biblioteca Nacional de este país, memoria preservada hoy por la UNAM, las cartas en las que los diplomáticos españoles y mexicanos intentaron ayudar a la gente durante la Guerra Civil y en los años siguientes, cuando se produjo la Victoria del ejército golpista. Las razones de Estado pueden servir para provocar canalladas o para salvar vidas. Crónica aquí.


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