sábado, enero 12, 2019

Rafa Mora

LA FELICIDAD
Espera sentada en las escaleras del tiempo.
Es frágil,
incolora,
invisible ante la niebla que vertemos sobre ella.
Nos visita a menudo pero no la reconocemos.
La ignoramos constantemente.
Sin piedad.
Y se va, claro que se va.
Como no marcharse
ante tanta indiferencia.
Vuelve a sentarse a esperar.
Ella siempre espera y teje hilos de luz.
Y mientras,
desesperamos.
A pies juntillas creemos que jamás llega,
sin percatarnos,
que la tenemos sobre los pies y que estamos bloqueando, estúpidamente, cada uno de sus accesos.




0 comentarios: