jueves, mayo 14, 2020

Rodolfo Serrano

Hace un día maravilloso. Y nada nos lo va joder
¡Estos días de sol, tan luminosos,
tan dulces como el beso de los niños!
Queda lejos la lluvia de estos días,
el recuerdo de calles y de plazas.
La gente caminando, algunos bares,
la palabra dormida entre tus labios.
Es un tiempo de versos y de sueños,
porque si tú no estás, puedo decirte
un poema de amor, o puedo hablarte
de este gozoso anhelo que me sube
el corazón arriba y que me explota
en bocanadas de luz y de esperanza.
Así que me detengo en la ventana
y contemplo este mundo abandonado,
y busco entre los libros la alegría,
la amaso con las letras de tu nombre,
la saco a pasear como un domingo,
la envío hasta ti con un puñado
de flores de este abril tan encendido.
Y, luego, que ya nada nos importe.
Que el alma se me escape por la boca,
que venga tu recuerdo hasta mi cama.
Que le den a los miedos y a sus pompas.
Y es que, verás tú, no es nada grave:
la vida se ha tomado vacaciones
y habremos de esperar hasta que vuelva.


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