lunes, agosto 10, 2020

Ana Montojo

NOTICIAS DE LA MUERTE

En esta edad de canas y cansancio
luchamos contra el tiempo inútilmente,
dejamos que se mueran nuestros sueños
de antemano rendidos, 
sin siquiera intentar acariciarlos,
mansamente conformes con un tiempo
que derrama tristeza a manos llenas,
cada día con una nueva muerte
de amigos queridísimos,
ya he perdido la cuenta del desastre.

Las heridas antiguas ya no duelen
son como costras secas que se caen y no sangran,
solo queda una leve marca sobre la piel
que nos toqueteamos distraídos
con un cierto regusto que viene del pasado
mientras nos caen encima nuevas penas;
pensamos resignados que lo que toca es esto:
contemplar impotentes cómo se va la vida
sin que acuda a la boca
ni una torpe palabra de consuelo.
Y no vale decir no puedo más
porque siempre se puede,
seguimos a pesar de los pesares
cada vez más cansados y más tristes,
una mutilación en cada pérdida.

No es verdad que la edad nos enriquezca,
la edad nos va robando todo lo que tenemos
cada vez que un amigo se nos marcha. 
Ahora que la muerte se convierte en rutina,
yo sé que en algún sitio existe la belleza,
existe la esperanza y la memoria
de lo que fui algún día. 
Y que en algún rincón de estos despojos
queda un resto de fuerza y de deseo
que no permitiré que se me muera.


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