sábado, agosto 08, 2020

Christian Masello

Christian nos cuenta por Facebook.

Aquellos que me conocen saben lo que significa, para mí, Joaquín Sabina.
Alguna vez fui tras sus huellas…
Pero hace algo más de nueve años di inicio a cierto viaje literario mucho más profundo… Había fallecido mi papá, y sumergirme otra vez en el universo sabinero fue una forma de refugiarme bajo su ala.
Este demonio que suscribe trata de ser un hombre de palabra, y por aquellos días lejanos se comprometió a que ese trabajo se publicaría por una editora con un nombre que, aún hoy, le encanta: “El ángel caído”, sello que había confiado en publicar “Tras las huellas del capitán Sabina”.
Fueron casi diez años de travesía en tinta. Desembarqué en muchas dársenas sabineras: “23 puertos”, para ser exactos.
Hoy, la editorial convoca a una preventa para que el libro salga lo más pronto posible. En su interior aguardan: Ana Belén, Adriana Varela, Olga Román, Mara Barros, Pancho Varona, Antonio García de Diego, Jaime Asúa, Pablo Milanés, Luis Eduardo Aute, Víctor Manuel, Joaquín Lera, Juan Antonio Muriel, Javier Batanero, Javier Ruibal, Piti Fernández (Las pastillas del abuelo), Botafogo, Alejandro Romano, Javier Bergia, Maurilio De Miguel, Ángel Petisme, Luis García Montero, Carlos Marzal, Reynaldo Sietecase y un largo etcétera que incluye un guiño de Luis García Gil… además del propio Capitán, que, tras tanto tiempo, aún suele bendecir con whisky –vestido de estricta etiqueta negra– a este humilde grumete aprendiz de escritor… Cuando mi alma necesitó amparo, navegué en búsqueda de un abrazo sabinero. Lo conseguí, y el apretón aún abriga mi espíritu.

1 comentarios:

El Ángel Caído dijo...

¡Gracias, Alejandro Templar! Un abrazo desde las Islas Canarias