miércoles, noviembre 09, 2022

Rodolfo Serrano

 Quien pudiera volver.

Iré algún día con vos. Aunque no sé ni cuando.
Tal vez en una noche de versos y de vinos.
Cuando las horas todas se visten de verano
y en la calle hay un aire de locura y belleza.
En la vereda, sombras y un nostálgico tango,
con la luna corriendo por Callao. Y la vida
soñando en la cadencia de un nombre, una palabra
limpia como era el mundo que guardabas contigo.
Recorreré las calles, avenidas inmensas,
los árboles, el río, perfumadas glicinas.
donde estaba el amor, acurrucado y cálido,
en las tardes de libros y bares de Palermo.
He de volver. Lo siento en el alma cansada,
en las manos que buscan la lejana caricia
de ese cuerpo ya sólo, sólo un fugaz recuerdo.
Lo siento como siente el latido la sangre.
Y mientras busco ahora la nostalgia en las calles
de un Madrid que me llama, amoroso, en silencio,
Buenos Aires me viene como un beso y me llena
el corazón de lluvia y de amigos lejanos.
Si pudiera volver donde el tiempo es inmenso,
a la ciudad desnuda como el amor primero,
si pudiera escuchar ese acento bendito
que es música y caricia cuando dice mi nombre.
Más todo es un sueño. Imposible y perdido.
Es un sueño que vive en mi memoria. Y sé
que es tan sólo un deseo y que sólo se esconde
en mi pecho cansado. Y morirá conmigo.
(Madrid es Buenos Aires que espera en la penumbra)
Foto de Raul Cancio.



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