jueves, octubre 03, 2024

Carlos Salem

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Lectura:
Tango del torturador arrepentido, Carlos Salem. Alrevés Editorial
La última novela de Carlos Salem Sola es una novela valiente, escrita por un autor nada complaciente, aunque se pueda creer lo contrario, si nos quedáramos en la superficie de verle en garitos literarios de la noche o en festivales negros de día. Claro que su escritura es prolífica y de características variadas, así que se puede tener de él impresiones tan distintas que pueden llegar a ser contradictorias. Sin embargo, yo, todo lo que le he leído suyo, lo considero importante, trascendente. Pero sé que tiene para casi todos los gustos.
Según el propio Carlos, esta novela era una deuda pendiente. Y las deudas se saldan en el momento oportuno, casi nunca motivados sólo por la voluntad, sino porque las circunstancias, la experiencia, la evolución personal, el afortunado paso del tiempo. así lo determinan. Carlos Salem tenía que escribir Tango del torturador arrepentido, y llegó su hora.
El punto de partida lo cuenta certeramente la contra de cada ejemplar: “Buenos Aires, 1978. A dos años del golpe de Estado, miles de personas son recluidas en centros clandestinos de detención. La mayoría no saldrá con vida. Julio, joven hijo de un poderoso industria, es uno de ellos, un “desaparecido” más. Salvará su vida el mayor Morales, a cargo del cuartel, porque le recuerda a su hijo fallecido en un accidente. Tres meses más tarde, Julio es “liberado”, pero ya no será el mismo.” En la segunda parte de Tango del torturador arrepentido, han pasado más de veinte años, y Julio se ha convertido en Jorge Luis, manteniendo una vida acomodada y solitaria.
Es una novela con una carga ideológica nada dogmática, tan abierta que sólo el lector la puede dilucidar, y eso está bien. Es evidente la denuncia contra la dictadura de los militares de los años setenta en Argentina, aquellos Videla y compañía, por supuesto. Se parte de aquella terrible coyuntura. Pero no es un panfleto contra los torturadores, y donde las víctimas son héroes.
Tal vez Jorge Luis, en su diálogo con lo que queda de Julio, termina cumpliendo un papel de miserable, o no; porque como víctima, tal vez imponga su tranquilidad amorosa sobre el justificado anhelo de venganza. Sin lograr que se desvanezca jamás el peso de la culpa por haberse salvado, en medio de tanta muerte. Por eso su vida no es fácil, parece la de un fantasma que deambula por calles sin nombre, siguiendo rastros de antes. Hasta encontrar un horizonte de ilusión.
Mientras, aquel mayor Morales, paralelamente, permanece impune de sus crímenes, llevando una vida igualmente tranquila, aunque tal vez, también, con problemas de conciencia, ya que sigue defendiendo que sus decisiones fueron en cumplimiento de órdenes.
No es una obra en la que le resulte fácil al lector tomar partido, seguramente lo que la convierte en compleja, por mucho que cada uno lo termine haciendo según su propia perspectiva. Resulta que tango es sinónimo de pasión, de entrega, de vida, de amor, y, simultáneamente, de dolor, de guerra. Todo eso, y más, es Tango del torturador arrepentido.
Carlos Salem es un magnífico escritor, aquí lo vuelve a demostrar en una obra que huye de lo esquemático, algo que no es inédito en su trayectoria, y que lo hace más grande todavía.



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