Luz de la tarde
Esta luz que se engancha entre los árboles,
rueda por los tejados y se esconde
entre las nubes altas, en el frío
Esta luz en las tardes de oro y fuego
que incendia el horizonte, que se estrella
por calles y por plazas y reviste
los viejos edificios de caricias.
La ciudad se deshace en el crepúsculo,
nos besa con su aliento, nos abraza
en la última luz, en los neones
que encienden las cercanas avenidas.
Ya la noche, como un borrón de tinta,
se derrama entre ruidos de automóviles
y una luna de plata nos sonríe
desde un cielo de estrellas y de sueños.
Me hablas en las sombras de la casa,
la soledad nos coge de la mano.
El mundo se detiene. Y en el cuarto
la noche abre sus puertas. Todo es calma.
(Hoy la vida se duerme a nuestro lado)
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