Allí, sentado en la grada,
aun llorando, sonreí.
Canté lo del mes de abril
con la gente emocionada.
Una rumba, una balada,
pero que a la vez atina
golpeando mi corazón.
Es eterna tu canción,
adiós, maestro Sabina.
Publicadas por
Romano
a la/s
8:01 a.m.
Etiquetas: Sabina, Víctor Alfaro
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