No merece la pena cambiar nada
Si pudiera, sin duda, cambiaría algunas cosas.
Palabras que no dije, por ejemplo, o las miradas
Palabras que no dije, por ejemplo, o las miradas
que no supe dejar en tus caderas.
Cambiaría tantas noches perdidas y los días más tristes,
los relojes que marcaban el fin de tus abrazos.
Completo aquí.
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