DE ALFONS OLMO, DE «VERDCEL», Y DE COMO EL ARTE Y LA VIDA SE ABRAZAN EN SUS PLENITUDES. (PRIMERA PARTE).
Decía León Felipe «Ya no hay locos, amigos, ya no hay locos...; todo el mundo está cuerdo, terrible, monstruosamente cuerdo»; lo decía hace años y hoy podríamos repetirlo; sin embargo tengo que reconocer que a lo largo de mi vida y en los momentos más críticos, como el que estamos viviendo, me he cruzado, he conocido y he entablado una linda amistad con "locos –y locas– extraordinariamente maravillosos y seductores". Hoy y mañana voy a hablaros de uno de ellos; que, por cierto, la semana que viene –a partir de mañana– va a andar suelto con sus locuras por Madrid. Se trata de este personaje: Crónica aquí.
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