miércoles, noviembre 02, 2016

Rosa Montero

“La memoria que tenemos de nuestro pasado es una ficción”

La escritora española aparece como personaje en su propia novela, aunque la protagonista es Soledad, una curadora de arte misántropa que se aferra al mástil de la racionalidad, para evitar que el caos la arrastre hacia el abismo de la locura y la muerte.
“No hay familia sin un monstruo, es un refrán ruso. Yo soy ese monstruo. Nunca me ha querido nadie”, dice Adam, que se gana la vida en Madrid como gigoló y electricista. Quizás esta frase cuadra a la perfección con Soledad, una curadora de arte que consiguió labrarse un moderado prestigio como especialista en lo marginal, lo heterodoxo, lo raro y lo confuso, que acaba de cumplir 60 años y para vengarse de un examante contrata como acompañante a Adam, un joven casi treinta años menor que ella. Soledad es esa misántropa monstruosa –abandonada por su padre y con una hermana gemela internada en un psiquiátrico– que Rosa Montero construye en La carne (Alfaguara) apelando a la paleta de los claroscuros emocionales que le permiten hurgar en los esfuerzos desesperados del personaje por aferrarse al mástil de la racionalidad, para evitar que el caos la arrastre hacia el inexorable abismo de la locura y la muerte. “La vida era un paquete de regalo en las manos de un niño, envuelto en papeles de brillantes colores. Pero, cuando se abría, dentro no había nada. Tan breve era la dicha, tan larga la pena”, plantea la narradora de esta novela en la que aparecerá la propia Montero como un personaje más. “Me gusta jugar con la frontera borrosa y porosa que hay entre la realidad y la ficción”.Nota aquí.

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