lunes, mayo 04, 2009

Benjamín Prado

Vidas robadas.
Unos 30.000 niños, hijos de republicanos encarcelados o muertos, fueron a manos de familias del otro bando. Bastaba falsear sus vidas, sus apellidos. Hoy, los que quedan intentan, sin ayuda oficial, recuperar a los suyos, su pasado.
Algunos tenían una imagen que recordar. Otros no. Esto supone una gran diferencia entre los primeros y los segundos: mientras unos necesitaban recuperar su identidad, los otros ni siquiera llegaron a saber que la habían perdido. Leer nota.

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