miércoles, mayo 02, 2012

Javier Astasio

El pacto de Urdangarín
Está muy bien evitar la cárcel a la gente de bien, arraigada y con domicilio conocido. La prisión, la privación de libertad, el rancho, los horarios, la disciplina, las frías comunicaciones regladas, los sórdidos locutorios y el desolador vis a vis son el peor de los castigos para cualquiera, mucho más para quien ha conocido la lana de las alfombras de los palacios.
Por eso veo muy bien que el yerno del rey y su socio Diego Torres esquiven la prisión. No será plato de gusto e, incluso, sería muy complicado garantizar u seguridad y la de sus familias si es que alguna vez acudiesen a visitarles. No sólo se evitarían situaciones complicadas, sino que en época de vacas flacas, los contribuyentes nos ahorraríamos "una pasta". Nota aquí.

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