sábado, noviembre 23, 2013

Rodolfo Serrano

Dulce sol de diciembre

Los días del pasado, cuando era el futuro
el calor del verano y la belleza libre,
y todo parecía como el pan de los dioses,
y la palabra nunca y la boca de dicha.

Aquellos días amados, como refugio eterno,
como la piel cubriendo los huesos y la carne.
Y mañana era un verso caliente por la sangre,
y un  regusto de vino en el pecho del mundo.

Completo aquí.


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